Especulaciones, mentiras y carreta

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Horacio Serpa Uribe

Horacio Serpa Uribe

Columna: Opinión

e-mail: flormara2@gmail.com



Estoy de acuerdo con la doctora María Isabel Rueda. ¿Increíble, verdad? Dijo que “la Fiscalía no es un botín político” y lo comparto sin discusión. La Fiscalía es una notable institución que tiene la inmensa responsabilidad de enfrentar a la delincuencia y procesar a los pillos para que los jueces los juzguen, delicada labor muy alejada de los procedimientos partidistas, electorales y políticos. En la Fiscalía se debe obrar con ecuanimidad, buen juicio, responsabilidad, equidad e imparcialidad. Lo sé bien, porque lo practiqué cuando fui Juez varias veces, Investigador Criminal y Procurador General.

No conozco en dónde inventaron el cuento de que el expresidente Gaviria y yo fuimos a sacarle los ojos al presidente Santos para que ternara como candidatos a la Fiscalía a personas de nuestras preferencias políticas. ¡No es cierto! Tampoco es verdad que lo hubiéramos amenazado con retirarnos del gobierno. Lo visitamos para hablar del país, reflexionar sobre la paz, comentar la agenda legislativa, tratar el tema de La Haya, y dialogar sobre la relación del partido con el gobierno. También hablamos de política en general.

Algún comentario se hizo sobre la Fiscalía. Los liberales deseamos que el Fiscal sea un experto penalista, un demócrata y una mujer o un hombre que con criterio liberal, no partidista, apoye el proceso de paz y sepa interpretar la filosofía, los objetivos y la conveniencia de la Justicia Transicional. Ningún nombre se mencionó. Respetamos el fuero presidencial y conocemos la trascendencia de la decisión que debe tomar la Honorable Corte Suprema de Justicia.

No es cómodo hablar en primera persona. Lo hago para que no crezcan los infundios, como la tal amenaza de retirar al Partido Liberal del gobierno si se vendía a Isagén. Me opuse a la venta y sigo convencido de que fue equivocado. No retiro ni una palabra, ni un argumento de los que presenté para impedir que se hiciera. De todo lo que se opinó hay constancias en los medios de comunicación.

Participé en la creación de la Fiscalía General. Ya expliqué que conozco sus fines, trámites, objetivos y responsabilidades. Por eso respeto a la entidad, a quienes han sido sus titulares y a sus funcionarios, como siempre, sin excepción, lo he hecho con la Rama Judicial. Nunca en mi vida solicité a ninguna o ningún Fiscal un empleo para nadie, ni nunca les pedí algo en relación con su importante misión. Todos, por fortuna, están vivos y pueden desmentirme o certificar mi afirmación. Para bien del país nadie ha tenido, ni tendrá, que arrodillarse para suplicarme por su libertad. ¡Hasta donde llega la ojeriza!
El Partido Liberal es una colectividad respetable, respetuosa de la institucionalidad. No tiene dueño, lo asisten altruistas propósitos, está en la Unidad Nacional, pero no es un convidado de piedra en nada. Tiene ideas propias, opina, controvierte y habla con los actores esenciales de la vida nacional. El primero de ellos es el Presidente de la República. Todo lo demás que se diga es carreta.