Es necesario tener claro que estamos haciendo con nuestra vida. Tenemos que estar consciente de hacia dónde llevamos la barca de nuestra existencia.
No podemos vivir sin darnos cuenta hacia donde nos están llevando nuestros actos. A la vida hay que darle un sentido, una dirección.
Muchas personas fracasan porque terminan llegando, por los actos realizados, a donde nunca quisieron ir y tienen que sufrir la frustración de estar donde no quieren.
Por eso hoy te quiero invitar a cuestionarte ¿qué estás haciendo con tu vida? ¿Estás viviendo a plenitud? ¿Te esfuerzas por dar lo mejor de ti en cada una de las situaciones que vives?
¿Eres un buen ser humano que actúa con bondad y generosidad? ¿Sabes resolver con inteligencia y sabiduría los problemas que se te presentan? No dejes que las emociones te lleven para cualquier lado ni permitas que otros con sus acciones direccionen tu vida..
Tú eres el administrador de ella y eres el que tendrás que dar cuenta al final de lo que viviste al dueño, que es Dios.
A veces tenemos que decepcionar a aquellos que quieren que nuestra vida se realice de manera muy distinta a lo que hemos planeado.
Por ejemplo muchos quieren que vivamos llenos de resentimiento y odio para que suframos mucho al recordar y nosotros los decepcionamos perdonando y liberándonos de todas esas emociones tóxicas para tener una vida en armonía y serenidad. Si, a veces nos toca decir, disculpe pero ese no es mi camino, yo prefiero ir por acá.
Al iniciar el año debemos estar claros en que es lo qué queremos y para dónde vamos.
No tenerlo claro es una manera de cuadrar todo para el fracaso. Es el momento de precisar los propósitos y luchar por realizarlos con los recursos que tenemos. Estaré orando por ti. Animo