Manuel Beltrán Pacific, artista formidable

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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



El camino a las cumbres del éxito tiene varios aspectos: el talento innato, su precoz descubrimiento, el deseo de desarrollarlo, el trabajo intenso y constante para lograrlo, y metas claras. Cuando todo se conjuga, la persona asciende imparable. "Insista, persista, resista y no desista", es la frase que mejor describe la rudeza del sendero a las cimas de la realización.

Y eso ha tenido la vida del bogotano Manuel Beltrán Pacific, sin lugar a dudas, el mejor artista colombiano de la escena musical actual. Desde muy pequeño, en El Taller de Misi (María Isabel Murillo) demostró grandes dotes para el canto, refrendadas con letras de molde en la primera gira europea que hizo con la compañía. Alemania ovacionó estruendosamente al "colombianito" de ocho años que se robó el corazón de los teutones con su espléndido canto.

El cerebro, según lo describió magistralmente Daniel Goleman en "La inteligencia emocional" tiene diversas facetas, que por lo regular se desarrollan de manera asimétrica. No es fácil ni frecuente encontrar personas con varios talentos en simultánea. Durante su vida escolar, Manuel siguió disciplinadamente en la academia de Misi, demostrando precozmente habilidades para el canto y el baile, a las que sumó sucesivamente el piano, habilidades computacionales y creatividad, entre otras. Fue protagonista en diversas obras dentro y fuera de Colombia, como aficionado y profesional, participando en distintos aspectos de esas piezas teatrales. Finalizando su escolaridad, fue invitado por Misi a desarrollar la obra que se convirtió en su plataforma de lanzamiento: el "Tributo a Michael Jackson". Después de estudiar a fondo la vida del rey del pop, presentó el libreto y el video de la obra; en conjunto con Misi, pusieron en escena la estupenda presentación, inicialmente como un trabajo de la academia (2011) y, después, en 2012, más desarrollada, más profesional. El trabajo de Beltrán en el papel de Jackson fue apoteósico, a pesar de las necesarias limitaciones presupuestales.

Manuel fue becado para estudiar arte escénico musical en la prestigiosa y rígida Mountview Academy of Theatre Arts, en Londres; finalizando sus estudios, estaba en el radar de una decena de empresas promotoras de artistas; fue contratado por una de ellas poco antes de su regreso a Colombia, a donde regresó contratado para representar nuevamente a Michael Jackson. La compañía de Misi intentó, sin lograrlo, encontrar un sustituto ideal para Manuel: si bien hallaron talentosos artistas, ninguno era lo suficientemente completo para reemplazar en las tablas al talentoso Manuel. A su llegada, trabajando en equipo con Misi y los productores, mejoran sustancialmente la obra en lo referente a escenografía, vestuario, libreto, canciones, coreografía y desarrollo musical. La puesta en escena, in crescendo, muestra aspectos sustanciales de la vida de Michael, yendo de Jackson Five a los últimos momentos de su vida, pasando por el apoteósico Thriller, la obra cumbre de Jackson; aparecen las mejores composiciones y videos del gran artista. Cuando Beltrán entra al escenario marca visible diferencia con los excelentes artistas que hacen parte del elenco. Y el público lo nota de inmediato: su ánimo se acrecienta mientras corea las inolvidables piezas del rey del pop al ritmo del baile y canto del colombiano.

Y es que hay diferencias entre crear, interpretar o imitar. En una obra de esta naturaleza, la creación se aprecia en los aspectos colaterales de la obra, incluso en los arreglos musicales; mientras el imitador es una caricatura, el intérprete se mete en la piel del personaje, lo vive y lo desarrolla en todas sus facetas. Manuel hace eso con Jackson, tanto que en el escenario el espíritu del norteamericano revive con nuestro artista en las canciones, el baile y la coreografía.

Pronto regresará a Londres, una de las plazas más exigentes del mundo artístico y, sin duda, sabremos de sus siguientes sucesos; 22 años es apenas el despunte. Promotores y directores artísticos importantes se han interesado en este joven de prometedor futuro; y él, concentrado en sus metas, triunfará en las tablas británicas: destrezas pluripotenciales le sobra y ganas, ni hablar. La sangre artística samaria (hijo de Lucía Pacific).