EL INFORMADOR: 66 años

Editorial
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El 7 de agosto de 1958 tuvo su génesis en el firmamento del Magdalena, en medio de un radiante y esplendoroso astro rey al compás melódico de las rítmicas brisas de agosto, cuando se vio la luz del primer ejemplar de EL INFORMADOR, convirtiéndose de esa manera en el verdadero y auténtico vocero de la comunidad regional, -como hasta ahora-, bajo la égida de su soñador, creador e impulsor, don José Benito Vives De Andréis, un adelantado y visionario ser humano que siempre vivió pensando y creando oportunidades para su tierra y así servirle a su gente, ya que para él lo más importante era el desarrollo de la comarca.

Desde aquella pretérita época la hidalga y hospitalaria ciudad de Bastidas, se mostraba briosa y esbelta en cultura, y como tal era imperativo saciar la sed y avidez de información que retozaba en la aldea y su creador sentía que su tierra estaba preparada para dar el salto a esa quijotesca empresa que su mente y corazón idealizaban y aunque en la ciudad no existía ni se disponía de un panel productivo que dispusiera de ayuda comercial que sirviera de soporte económico, desde ese día se ha convertido en la llameante antorcha que ilumina el horizonte social del caribe colombiano, siendo un verdadero y auténtico vocero de sus habitantes, siempre de la mano de la verdad, por encima de lo que sea, y defendiendo los intereses de sus habitantes, con lo cual descuella en el horizonte social y periodístico de la patria.

A través de los años y con el discurrir del tiempo estamos cumpliendo 66 años de estar apareciendo cada amanecer y, -especialmente en antaño-, junto al cántico de los pájaros, escuchar el trino de voceadores cuando desplegaba sus gargantas para invitar a los madrugadores a conocer las noticias frescas inmersas en el periódico mientras la población esperaba con ansiedad la ebullición y aparición de cada ejemplar para informarse del acontecer cotidiano y un rato después de devorarlo con ansias darle rienda suelta a la sociología popular de “radio bemba” y al comentario matutino que compartía el voz a voz entre la cofradía que conformaba la aldea de habitantes que era en esa época la población samaria y así ha sido de manera imperturbable, sin olvidar uno que otro momento aciago en donde hemos parecido vulnerables, pero el trepidar del corazón ha sido superior y con mística lo hemos superado.

Con el devenir de la modernidad y el arrasamiento de la tecnología se han suscitado algunos cambios comportamentales en la sociedad y muchos pensaron o creyeron que el papel periódico desaparecería, pero no ha sido así, las aguas nuevamente están volviendo por su cauce natural y, obviamente, habrá de darse una transición, pero y tal como dice el refranero popular, -no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague-, la caldera informativa plasmada con tinta en el papel está reverdeciendo en medio de la digitalidad y, para satisfacción de muchos, se están desplegando nuevamente las hojas de un periódico para leer y releer la información contenida.

Hoy, cuando cumplimos nuestro sexagésimo sexto aniversario y con la pasión y convicción de un imberbe adolescente, seguimos mostrando la misma humildad y compromiso del primer día, cumpliendo el sueño, ideario y las ilusiones de su fundador para continuar buscando hasta en el último rincón del planeta en donde se produzca la noticia e información para transmitirla a la población con la inmediatez de la tecnología, a ustedes nuestros queridos y amables lectores que nos honran con su generosa e irrefutable fidelidad, razón por la cual y desde esta trinchera periodística les decimos gracias, el compromiso continúa, el tiempo irá marcando el camino  para seguir trabajando por la verdad y por los magdalenenses.

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