Con la verdad siempre

Editorial
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La mejor defensa que tiene el  expresidente Álvaro Uribe, para defenderse en el juicio a que fue llamado por los delitos de soborno de testigos en actuación penal y fraude procesal, es él mismo; siempre ha ido de frente con la verdad y se ha encargado de debatir públicamente su proceso judicial, ante todos los estrados jurídicos, desde estudiantes de derecho, hasta llegar a lo más altos estrados.

Cualquier otra persona que sea juzgada y esté en las mismas circunstancias,  trata de pasar desapercibido en el proceso para que sea menos público, seguramente para tapar  algo oscuro que hay en el tintero y que puede definir el rumbo del proceso, seguramente en contra del procesado. En el caso de Uribe Vélez, Colombia admira cómo el mismo ex presidente,  recorre el país para que la gente conozca de primera mano la verdad  de lo que está sucediendo en este caso  público, que ha sido afrontado, por parte de Uribe, con toda la gallardía y valentía, porque sabe que la verdad está de su lado.  El resto, son los envidiosos y políticos de oposición que no han podido llegar, siquiera a la suela de sus “crocs”, para ser considerados como uno de los mejores colombianos; la envidia los corroe y los vuelve locos. 

Tiene toda la razón el ex presidente Álvaro Uribe cuando denunció e insiste en que existe un montaje en su contra en el caso de soborno de testigos, por el que ha sido llamado a juicio, arremetiendo contra el senador Iván Cepeda,  por unas supuestas donaciones a uno de los testigos del caso. El senador Cepeda es contribuyente de aportes a la ONG de Defensa de los Presos Políticos. Esa ONG le dio 12 millones de pesos, unos 3.000 dólares, al cambio de hoy, a la familia del preso Juan Guillermo Monsalve, condenado por secuestro y otros delitos graves; Monsalve, es testigo principal y falso en contra del expresidente y  cobra importancia porque la Fiscalía anunció la semana pasada que Uribe será llamado a juicio por los delitos de soborno de testigos en actuación penal y fraude procesal.

Este caso se remonta a 2012 cuando Uribe demandó por supuesta manipulación de testigos a Cepeda, que en esa época preparaba una denuncia en el Congreso en su contra por supuestos vínculos con el paramilitarismo; sin embargo, la Corte Suprema de Justicia decidió no abrir investigación contra el congresista y, en cambio, le inició un proceso al exmandatario por manipulación de testigos. La acusación por soborno tiene que ver con el presunto pago de coimas a Carlos Enrique Vélez y Juan Guillermo Monsalve, quienes están presos en las cárceles de Palmira y La Picota en Bogotá, respectivamente.

"¡Qué tal que fuera yo el gestor de esa contribución! Para disculpar al senador acuden, sin fundamento legal, al argumento de que hace gestiones de derechos humanos", cuestionó Uribe esta donación, que debe ser tenida en cuenta en el procesos judicial, para verificar si ese testigo es digno de confiar, más cuando se pone ante la opinión pública, la donación que recibió su familia, por parte de la ONG que apoya el senador Cepeda.

El expresidente lleva años insistiendo en que se trata de un caso contra él que tiene motivaciones políticas y carece de pruebas. El domingo publicó una primera parte en sus redes sociales de lo que denominó "serie de pruebas del montaje", donde denunció interceptaciones ilegales a su teléfono.

Y en este orden de ideas ha sido reiterativo Uribe Vélez, en afirmar que no ha habido avance judicial contra este atropello; que la Fiscalía declaró la caducidad de la acción disciplinaria en favor del analista de las interceptaciones y que no avanzan acciones judiciales contra los magistrados que ordenaron seguir la interceptación; y lo más triste, es que todo esto es verdad y no hay forma de refutarlo.