Quisiéramos dar noticias al menos algunas que fuesen buenas y alentadoras; pero, desgraciadamente el presidente Petro en su afán de destruir no hace otra cosa que ir contra las instituciones, dar declaraciones en el exterior y en nuestro país absolutamente radículas, negativas e incoherentes hasta el punto de que se ha convertido en el hazme reír de noticieros internacionales.
Pero lo peor son sus decisiones, todas ellas absurdas, que no obedecen a un criterio de buen gobierno sino por el contrario de desgobierno total. La contratación de los carrotanques para La Guajira, es simplemente un negociado para beneficiar a unos pocos y en detrimento de los mismos guajiros.
Una empresa de garaje compra con exagerados sobrecostos unos carrotanques hoy estacionados en un Batallón, algo semejante a los camiones de basura adquiridos en su alcaldía de Bogotá que solo sirvieron de chatarra. Nos sorprende, habida consideración de que en una democracia excepcionalmente se presentan este tipo de anomalías, pero en los regímenes leninistas eso es lo normal.
Por lo que concierne con la terna para la elección de nueva fiscal, una de las ternadas, Amelia Pérez, entre otras cosas la más votada, alcanzó 13 votos en la última votación está con las declaraciones de su exesposo en una situación prácticamente de inhabilidad.
Su excónyuge el abogado Gregorio Oviedo se vino lanza en ristre contra la misma Corte Suprema, contra las instituciones, contra los periodistas y contra los políticos de los partidos distintos al Pacto Histórico; es el pensamiento de un marxista de tiempo completo, además su hermano fue guerrillero del Epl y ella no se ha pronunciado sobre el particular.
En la alcaldía de Petro tuvo 4 contratos. Empero, según Petro la desconoce, nunca la ha visto y no tiene ni idea quién es. Como siempre sus mentiras las tiene a flor de piel. Como dice el adagio popular “Dios los cría y ellos se juntan”; las Farc manifestaron su apoyo a esta abogada.
Las otras dos ternadas son también cercanas al proyecto político petrista. La segunda, Angela María Buitrago, fue destituida en el 2010 por la misma Corte como fiscal delegada por incompetencia profesional y omisión a sus responsabilidades. No sería bien visto que ahora la reivindique esa misma corporación eligiéndola. En el proceso que adelantó contra el coronel Plazas Vega, siendo inocente, lo condenó con pruebas fraudulentas y testigos falsos y justamente la Corte lo absolvió al revisar su caso.
La tercera aspirante, Luz Adriana Camargo, es de militancia abiertamente marxista; activista de derechos humanos; ha trabajado con el actual ministro de Defensa, Iván Velásquez, en Colombia y en el exterior, concretamente en Guatemala lo acompañó dónde fue declarado persona no grata el señor Velásquez y expulsado de ese país y, por último, ha estado al servicio de ONG de clara orientación comunista.
Con esta sucinta historia de cada una de las postulantes no nos cabe la menor duda de que Colombia no tendría una fiscal de respeto y respetabilidad, garantía de probidad, e imparcialidad sino simplemente una ficha presidencial; es decir, una fiscal de bolsillo que le haría juego al Jefe de Estado con miras a las arbitrariedades, injusticias y vejámenes que a bien quiera el primer mandatario. Sería cualquiera de ellas una fiscal bolchevique, de la subversión, ya que se cumple a cabalidad el criterio chavista al respecto.
De esa manera todas las medidas judiciales contra su hijo Nicolás Petro, y funcionarios del gobierno, no solo serían puestas en tela de juicio, sino que de seguro voltearían por completo el acervo probatorio y todos aquellos que no comulguen con el régimen podrían ser judicializados. Para allá vamos.
De ahí el interés manifiesto del señor presidente en que se apresure esta elección. Así funcionan las fiscalías en Cuba, Venezuela y Nicaragua. Son fruto del modelo de Fidel puesto en práctica por Diaz Chanel, Ortega, Chávez, Maduro y Petro en el caso nuestro.
A estas alturas de su gobierno verdaderamente se percibe la intención de perpetuarse en el poder el pacto histórico con el presidente Petro o con alguien también de su misma ideología. Engañan al principio como lo hicieron en su momento Chávez y Castro diciendo a los cuatro vientos que no eran comunistas con miras a dar confianza. Chávez alcanzó a decir que Castro era un dictador oprobioso y una vez posesionado su primer viaje fue a Cuba.
En consecuencia, los colombianos no comunistas que son afortunadamente la mayoría rechazarán en la marcha del 6 de marzo las reformas petristas cuyo objetivo es la destrucción del país y al lograr su pauperización adueñarse de Colombia. Confiamos que en el Senado se le cierre el paso a la reforma a la salud.