Sigue en disputa

Editorial
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Lo que no debe caber duda es que el tesoro que alberga en su interior el galeón San José, y que reposa en aguas colombianas, más exactamente frente a las  costas colombianas en Cartagena, es que esa riqueza en oro y plata debe ser destinada a la Nación y, bajo ningún punto, debe ser compartida con nadie ni con ningún gobierno.

Bajo esta premisa, y teniendo en cuenta que Colombia está en capacidad de afrontar este reto, ahora se conoce que el Gobierno de España propuso al de Colombia un acuerdo de cooperación para la protección del patrimonio sumergido, como es el caso del galeón San José, hundido en el siglo XVIII cerca de Cartagena de Indias con un cargamento de monedas de oro y plata y hallado en 2015.

La propuesta viene directamente del gobierno de Pedro Sánchez, quien desde hace rato está muy interesado en este negocio, a pesar de saber que la riqueza del galeón, es colombiana. Al poner nuevamente el tema de la extracción de esa riqueza en la profundidad de los mares colombianos, el gobierno  español ofrece ahora la posibilidad de seguir trabajando en la elaboración de un acuerdo bilateral de cooperación en esta materia que permita que Colombia y España den un paso histórico, porque están capacitados para ello, para crear un paradigma de cooperación bilateral. Ese acuerdo, podría tener la colaboración de las organizaciones internacionales especializadas en la materia, como la Unesco, para crear un nuevo referente, un nuevo paradigma en materia de protección del patrimonio subacuático; muy conveniente el acuerdo para España, que tiene el convencimiento que el tesoro le corresponde  en una mitad.

El San José, que pertenecía a la Corona española, fue hundido por una flota de corsarios ingleses el 8 de junio de 1708 cuando se dirigía a Cartagena de Indias cargado, según crónicas de la época, con cerca de 11 millones de monedas de ocho escudos en oro y plata que había recogido en la feria de Portobelo, Panamá.

Tras el anuncio del hallazgo de los restos del naufragio, en diciembre de 2015, surgieron disputas entre Colombia y España ya que ese país aduce que por tratarse de un barco de Estado, con su bandera, le amparan las normas de la Unesco para reclamar su titularidad. Esta excusa del gobierno español es reiterativa, tanto al punto de creérsela ellos mismos, llegando a aducir que  el patrimonio subacuático es un asunto que debe analizarse de una manera global, porque se trata de un legado compartido de extraordinaria riqueza.

Ellos consideran  que cuando se habla de la historia compartida, del legado común entre países como España y Colombia, ese tesoro, esa historia es extraordinaria; ojalá el gobierno del presidente Petro no se deje engañar y defienda los intereses de la Nación en esa riqueza económica y cultural.

Colombia se debe centrar en defender su patrimonio histórico y cultural, en tierra y en la riqueza del subsuelo marino; hacer una  hoja de ruta para comenzar este año la primera exploración científica del San José, que debe producir conocimiento sobre hundimientos en mares, pero también en ríos para comprender mejor el patrimonio que tiene el país.

Los restos que se encuentran a 600 o más metros de profundidad podrían dar más luces sobre cómo era el comercio transatlántico del Caribe; es el momento de reivindicar los elementos patrimoniales por los que deben ser valorados los restos del galeón ya que la historia es el tesoro.

Vale la pena recordar que en el corazón de este proyecto del San José se encuentra la investigación arqueológica de aguas profundas, con un enfoque de promover un cambio sobre las perspectivas y las facetas comunes de la historia.

En 2019, durante el  gobierno de Iván Duque Márquez, se declaró el galeón como bien de interés cultural de la nación para prohibir que el rescate del pecio pudiera pagarse con parte de su valiosa carga de oro y plata, como una de las principales acciones de protección de esta riqueza colombiana y como tal debe respetarse para interés de la Nación.

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