Uno de los temas que más mueve los intereses de las naciones, a nivel mundial, es el Medio Ambiente en lo referente a su conservación, preservación y cuidado, lo que sin duda, genera toda clase de proyectos y movimientos mundiales a favor de desarrollar a plenitud, este tema tan sensible para la humanidad.
Colombia es un país favorecido por Dios por las bondades con que dotó a la naturaleza colombiana; entre estas bondades esta la Amazonia, la región de Suramérica que contiene la mayor selva tropical húmeda del planeta y drenada por el río Amazonas, el más largo y caudaloso del mundo, en una extensa cuenca que tiene más de 1.000 tributarios, siendo de importancia, la selva amazónica, en todo el orden global.
La importancia de La Amazonia radica en que cuenta con 7,4 millones de km2 representado en el 4,9% del área continental mundial, y cubre extensiones de Colombia, Bolivia, Brasil, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, Los países con mayor proporción de territorio son Brasil, con 4.245.278 km2, 63,7%, con el área más extensa; Perú, con 661.331 km2, 9,9% y Colombia, con 450.485 km2, 6,7%, países con mayor compromiso y responsabilidad en el cuido de esta región.
De esta responsabilidad no pueden escarpar los otros países, y en formar conjunta, estimular entre todos, la producción sostenible en la Amazonía para combatir la deforestación en lugar de proponer que se dejen de importar productos colombianos y brasileños fabricados en esa región. Es muy fácil decir que no se importe nada más de Brasil y Colombia si viene de la región amazónica; es un sinsentido. Lo que se debe hacer es estimular la producción sostenible, ayudar a los agricultores y otros productores a hacerlo de una forma sostenible.Hay que tomar decisiones firmes y contundentes como luchar contra los criminales involucrados en la deforestación ilegal, en la extracción de oro, y en otras actividades, muy peligrosas y también combatir a las personas que compran los productos de criminales, gente que muy a menudo vive en Europa.
Ahora bien, hay sectores vivos de la comunidad que deben también involucrarse en estos propósitos como los representantes de la sociedad civil que también de tomar acciones para la protección de la naturaleza y la biodiversidad; la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y el avance en la transición hacia energías limpias.
Es responsabilidad de los mandatarios con proyección en esta región, enfilar baterías a la protección de la Amazonía con programas de Gobierno que ofrezcan garantías ciertas y efectivas, en la lucha contra la crisis climática. Los gobiernos saben perfectamente que si se quiere abordar con éxito la crisis climática también se debe abordar el tema de la justicia social, así como las alternativas de una transición justa hacia una nueva economía que en el caso del país andino, debe incluir la creación de paz.
Esto da una gran oportunidad de trabajar en la preparación de la COP28 en Dubái, juntar a Europa y Colombia con la misma agenda, para que todos entiendan que si se quiere hacer que esta transición ocurra debe hacerse con la gente, especialmente con aquellos en las posiciones más vulnerables.
Colombia debe asegurar que estos países tengan un mayor potencial de inversión en temas como transición, protección del medioambiente y lucha contra el cambio climático, con la necesidad de crear las mejores condiciones para que la inversión privada proveniente de Europa y de otros lugares vengan al país a ser parte de esta transición. Se necesita hacer lo suficiente en términos de transferencia de tecnología para que las tecnologías necesarias para la nueva economía que se avecinan, también estén disponibles para los colombianos.
Todo se puede lograr si se logra una claridad sobre las agendas políticas, tanto del bloque comunitario, como de estas naciones para acortar la distancia entre Europa y América Latina porque se necesitan mutuamente y el éxito de este tema, sin duda, será de gran importancia.
Hay que ser audaces y crear ambiciosas propuestas combinadas con nuevas oportunidades económicas, de lucha contra la pobreza y de lucha por el medioambiente y contra el cambio climático, como derroteros fijos a seguir en la protección de La Amazonia.