La injerencia en Perú

Editorial
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En medio de su agitada vida presidencial internacional, en donde se acude a cada cita en el exterior como es el caso de hoy en Argentina, el presidente Petro, sigue ahora con el tema delicado en Perú, dejando de lado la gobernanza de su país, que va al garete y dando palos, hasta que encuentre un puerto firme y sólido para estabilizarse y amarrarse.

Mientras siguen los viajes presidenciales al exterior, para hacer presencia en cuanto foro o reunión que haya, el Gobierno de Perú expresó, mediante una nota diplomática, su enérgica protesta por el nuevo acto de injerencia del presidente de Colombia, Gustavo Petro, en asuntos de política interna, luego de que este se pronunciara sobre el desalojo de cientos de manifestantes en una universidad de Lima.
De seguro que a Petro le molestaría que los otros mandatarios internacionales con los que se codea, “metieran sus narices” en la problemática de Colombia, recibiendo, en forma segura, un rechazo a la injerencia interna del país, y con toda razón, ya que a ningún mandatario le gusta que se metan en su rancho. ¿Entonces, con qué derechos lo hace en Perú?

El Ministerio de Relaciones Exteriores peruano informó en Twitter que el Gobierno de Dina Boluarte entregó una nota a la Embajada de Colombia con la enérgica protesta del Perú por el nuevo acto de injerencia del presidente Gustavo Petro en temas de política interna, conducta inconsistente con las normas del derecho internacional. La cartera precisó que dicho documento se refiere a las recientes declaraciones del presidente colombiano sobre los hechos ocurridos el último sábado en la Universidad de San Marcos de Lima, donde un contingente policial ingresó a la fuerza para desalojar a los cientos de manifestantes llegados de distintas partes del país y refugiados en el recinto estudiantil para participar de las protestas en la capital.

Es tan enérgica la nota, que señala que los actos de injerencia de Petro, son inconsistentes con la conducta que todo jefe de Estado debe observar en cumplimiento del derecho internacional. El presidente Petro piensa que puede lograr formar una primera línea como la que hizo en Colombia, para que fuera el brazo armado de las huelgas y protestas que generó en el gobierno pasado y que dicho sea de paso, algunos ya gozan de libertad plena y otros en caminos a ser liberados, a pesar de toda la destrucción y daños materiales que causaron.

Tras la intervención policial en la San Marcos, la universidad más antigua de América, Petro compartió en Twitter un video sobre la irrupción policial al campus y afirmó que la Organización de Estados Americanos, OEA, debía evaluar la situación en Perú. "Allanar universidades. Gritar ¡Muera la inteligencia! El Consejo Permanente de la OEA debe ser citado para examinar el caso de Perú", escribió el mandatario colombiano, quien en diciembre pasado salió en reiteradas ocasiones en defensa del expresidente Pedro Castillo, tras su fallido autogolpe. Horas después, el primer ministro de Perú, Alberto Otárola, le respondió en un mensaje en el que lo exhortaba a ocuparse "de sus asuntos" y a "gobernar para los suyos". "Ocúpese de sus asuntos señor Petro. El Consejo Permanente de OEA también podría examinar las masacres ocurridas durante su gobierno. La última en el Putumayo. Gobierne para los suyos, asista a las víctimas, mejore sus universidades", le dijo Otárola, poniendo el dedo en la llaga, a una verdad que el gobierno colombiano quiere ocultar. De paso, lo dejó sin argumentos para seguir en su carrera de intromisión en los asuntos internos de otro país.

Vale la pena recordar que el Congreso de Perú aprobó a fines del año pasado una moción parlamentaria en rechazo a "los constantes actos de intromisión en los asuntos internos del país por parte de Petro y de su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quienes deben dedicarse a gobernar y dejar de estar incendiando a una nación que está en búsqueda de la paz y de la democracia.
El Gobierno de Boluarte ya había mostrado en diciembre su profundo malestar por las declaraciones de Petro en apoyo a Castillo al considerarlas una injerencia inaceptable en los asuntos internos del país en otra nota diplomática y ahora el anuncio de la Cancillería sobre esta nueva nota entregada a la embajada de Colombia en Perú, se divulgó horas después de que la cartera anunciara que está evaluando tomar acciones ante actos de injerencia por parte del presidente boliviano, Luis Arce, quien se refirió  a la crisis que atraviesa Perú, país que declaró en diciembre pasado persona non grata al embajador mexicano en Lima, Pablo Monroy, quien abandonó el país andino junto con la esposa de Castillo, Lilia Paredes, y sus dos hijos, después de que estos pidieran asilo en México.