Después de la visita de la ministra de Vivienda, Ciudad y Territorio, Catalina Velasco, a Santa Marta, quedó claro que el problema del agua para la capital del Magdalena, no va a tener una solución inmediata y que pasarían muchos años, para poder paliar la solución definitiva, contando eso sí, que durante este trayecto, se siga con el irrestricto apoyo del gobierno nacional.
El problema del agua en Santa Marta, lo reafirmo la ministra cuando aseguró que la solución a la crisis no es un asunto sencillo, ya que requiere una ingeniería financiera muy importante, con un valor considerado en $2 billones de pesos, y la inversión del agua en todo el país es de un billón; esto además debe ser solicitado por créditos y en etapas; por consiguiente, el gobierno no tiene una solución inmediata. Lo más lamentable es que esta problemática tan fundamental para la ciudad ha servido de trampolín político para manejar el sentir popular en las urnas de votación, a pesar de que el acceso al agua potable es clave para transformar comunidades y áreas afectadas por varios factores como la guerrilla y conflictos armados.
La solución no es inmediata; no hay expectativas de conseguir mejorar el flujo del preciado líquido en los hogares samarios y en el sector hotelero, que por esta época ruega para que el servicio no presente interrupciones que afecten en el normal desarrollo de la actividad turística, la mejor época del año, cuando el sector hace su ‘agosto’ en diciembre.
Y es más lamentable aún cuando el agua limpia corre en forma rápida por los ríos de la ciudad, que la desemboca en el Mar Caribe, sin que los samarios puedan aprovechar ese caudal de agua; lamentable, que no se haya podido comenzar a poner en marcha el verdadero plan de solución, que consiste en el represamiento del agua, en los caudales de la Sierra de Nevada de Santa Marta, en época de lluvias como la actual, para cuando venga el verano, se tenga un reservorio de agua que puede ayudar a solucionar la escasez de agua.
Ahora los samarios no sienten esa necesidad, de la escasez de agua, gracias a las lluvias que han caído en las estribaciones del macizo montañoso, que a pesar de los beneficios trae, también conlleva terribles consecuencias como son familias y hogares destrozados por el fuerte caudal de las lluvias, que arrasaron con todo a su paso. Hasta ahora se conocen más de 5 mil familias afectadas, sin contar con los datos de los municipios del Magdalena, que piden a gritos sacar sus productos antes que el agua vuelva a hacer presencia.
El Gobierno del presidente Petro tiene un compromiso con la ciudad, y es resolver el problema del agua; mientras el tema se trata a nivel político, se debe adelantar en gestiones pertinentes, como ir haciendo valoraciones de orden financiero y técnico para poder encontrar la mejor solución. Este es un asunto complejo, no es de manera ligera que se pueden tomar las decisiones y muchos menos ser utilizados en una campaña electoral, ya que todo lo que se diga es mentira y engaños para los samarios, que incrédulos creen en las promesas electoreras.
Mientras la ciudad debe seguir en las mismas, esperando una verdadera solución, trabajando a diario para suministrar el agua que se obtiene de los pozos abastecedores, que han sido de gran ayuda; comprando carros tanques y seguir siendo víctimas del cartel de los mismos, que se aprovechan de esta situación para especular con los precios del agua y ser los únicos en vender el preciado líquido. Pobre Santa Marta.