La participación de todos los sectores

Editorial
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La desinformación en forma de noticias falsas y los ataques al prestigio de la Convención Constituyente encargada de reformar el texto fueron, según expertos, las principales razones para el aplastante triunfo del rechazo en el plebiscito constitucional celebrado el pasado domingo en Chile.

Un abrumador 62,2 % en el que también influyó el hecho de que el voto fuera obligatorio, sin necesidad de inscripción por vez primera en la historia de Chile, que empujó a las urnas a muchos debutantes de toda edad y condición social. Y que deja ahora un escenario abierto, con un gobierno debilitado y la necesidad de abrir un amplio diálogo entre los partidos políticos y la sociedad civil para decidir qué itinerario seguir, y en el que el Parlamento asumirá el protagonismo.

El resultado se explica en parte porque la Convención Constitucional no estuvo a la altura de las expectativas de la ciudadanía. Su trabajo terminó siendo muy mal evaluado, incapaz de convocar al centro político siendo que Chile es tradicionalmente conocido como un país de votantes moderados. Nunca se clarificó muy bien en qué consistía la plurinacionalidad y eso causó división, no se explicó bien el tema de los sistemas de justicia, bajo qué condiciones se iba a aplicar, en ese sentido también generó bastante incertidumbre", en referencia a dos de los elementos más controvertidos de la propuesta.

Como en otras consultas con interés mundial, entre ellas el Brexit y el referéndum del proceso de paz en Colombia, la desinformación y las noticias falsas desempeñaron también un papel fundamental pese a que uno de los eslóganes más repetidos era "decidir informado" y se difundieron miles de copias del texto; incluso se desarrollaron decenas de aplicaciones informáticas para facilitar el conocimiento de un texto largo con más de 400 capítulos.

En abril pasado, se advirtió que un 58 % de los encuestados admitió haber consumido información sobre el Constitucional que resultó ser falsa, mayoritariamente por redes sociales y la televisión. La semana anterior al plebiscito, cinco congresistas estadounidenses manifestaron su preocupación por la campaña de desinformación sobre la Constitución propuesta en las redes sociales y pidieron a los responsables de conocidas aplicaciones como Twitter, TikTok y Meta que actuarán para combatir las campañas corruptas de desinformación que socavan un proceso justo y democrático.

El fenómeno de las noticias falsas ha impactado tanto como ha impactado en otros contextos y democracias, ya sea latinoamericanas, europeas y americanas, con la lección de Trump y Bolsonaro; el gran error de la Constituyente fue no informar correctamente. Pero hay más bien un problema con la formación cívica del electorado chileno. No todos los electores se informaron leyendo el texto, tanto para los que votaron "apruebo" como "rechazo". Agencias de prensa tuvieron que desmentir numerosos bulos, entre ellos uno de los difundidos por el rechazo: que la constitución permitía la expropiación y el aborto a los nueve meses. Igualmente, un video difundido por el rechazo que aseguraba que en Chile había escasez como en Venezuela, o que un haitiano hubiera sido apaleado por responsables del rechazo. Los medios de comunicación locales, y en particular los periódicos impresos y la televisión, lideraron la campaña del rechazo con un mayor porcentaje publicado de noticias y titulares en favor de esta opción.

Aparte de la desinformación y de la llamada mayoría silenciosa que no aparecía en las encuestas, se advierten que no se ha sabido calibrar el hecho de que el "rechazo", frente al "apruebo" que era casi monolítico, tenía dos almas, una de las cuales se mantuvo escondida para no generar miedo a los votantes.

Hubo un rechazo absoluto e ideológico liderado por los partidos de extrema derecha, callados desde la entrega del borrador el 4 de julio y que solo emergieron la misma noche del plebiscito para tratar de capitalizar el resultado, como la Unión Demócrata Independiente, UDI, heredera de la dictadura, y el ultraderechista Partido Republicano, del derrotado candidato José Antonio Kast. Y la situación que se evidenció fue la mayoría que prefirió el cambio constitucional, que desea darle continuidad al proceso constituyente, pero exige otras condiciones, aunque sin mecanismos ni propuestas claras.

El camino a seguir no está muy lejos de lo que se ha expresado: un nuevo proceso, con una nueva Convención, que no repita los errores del pasado, es lo que piden los chilenos con la participación de todos los sectores.