Los pecados de la paz

Editorial
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Acaba de salir el libro titulado: “Los pecados de la paz” escrito por el  General Jorge Mora Rangel excomandante del Ejército y de las Fuerzas Militares, en el cual desarrolla su diario en Cuba, durante el proceso de paz donde estuvo como Miembro de la Comisión de paz nombrada por el gobierno de Santos.


Justamente fueron sus apuntes los que le permitieron, porque la memoria es infiel, de que no se le borrara de la mente todo aquello que había sucedido. Primordialmente algunos episodios trascendentales que una vez más ratifican el espíritu traicionero que posee el expresidente Santos, toda vez que en ese texto se muestra la alta traición a las Fuerzas Militares, al expresidente Uribe y naturalmente al pueblo colombiano; es triste, pero no sorprendente, la actitud santista.

El General Mora había sido desprestigiado, cuestionado y criticado por la opinión pública, incluyendo sus mismos compañeros de armas, por no haberse retirado de la mesa tan pronto como había evidenciado que todo estaba programado y dirigido a darle gusto a las Farc y a materializar el deseo manifiesto de Santos por alcanzar el premio Nobel de la Paz. 

Desde luego se conocieron y se corroboraron esas  diferencias que se habían presentado en el curso de esas conversaciones. Él mismo lo había declarado y su renuncia estuvo a consideración del Presidente Santos; pero, el hecho cierto es que al final firmó el documento de la paz de Santos y de las Farc ya que jamás fue la paz de los colombianos. 

Hay que reconocer que con este trabajo concienzudo, ordenado y cierto se reivindica o mejora la imagen ante el estamento castrense y ante la gente dado que asume con honor de soldado y general las afirmaciones contra el proceso de paz, contra Santos y contra los que se sabía que eran más farianos que defensores de la institucionalidad como el señor Sergio Jaramillo amigo del Padre De Roux  asiduo visitante invitado por Jaramillo a estas conversaciones. Estas dos personas mencionadas no han hecho sino justificar, aceptar, ayudar y tratar de legalizar todas las atrocidades de las Farc y esto está plasmado en alguno de los capítulos.

El General indica que existía una Farc y después del proceso se derivaron tres Farc: La nueva Marquetalia, los desmovilizados con los diez congresistas, y, las disidencias. Presenta al Jefe del equipo negociador, Humberto De La Calle, como siempre se le ha visto, cómo un hombre educado más excesivamente conciliador y por ende entreguista y sin ningún liderazgo habida cuenta de que el que mandaba entre los negociadores era Sergio Jaramillo más habilidoso y con estructura leninista inocultable. Difícilmente disimulaba Jaramillo que no tuviese puesta la camiseta del contendor en la mesa, por esa razón, puesto que los colombianos observan más de lo que muchos imaginan, se le castigó a De La Calle en las votaciones presidenciales en el 2018.

El General considera que Santos: “arrolló la ética, la moral, la justicia, la vida y la lucha de tantos años de los colombianos”. Algo bien importante que ha recalcado y sobre lo cual no debe haber dudas es que militarmente las Farc no solo estaban golpeadas sino aniquiladas y por eso se sentaron a la mesa. Todo lo que las Farc querían lo consiguieron en estas negociaciones por cuanto los negociadores del gobierno no estuvieron a la altura del compromiso que tenían, no tanto con Santos sino con Colombia.

El General comenta que hubo personajes que sin formar parte del equipo negociador verbigracia Iván Cepeda, Álvaro Leyva, Juan Fernando Cristo, Roy Barrera y esencialmente el defensor de las Farc, el abogado español Enrique Santiago, hoy Secretario General del Partido Comunista en España, tuvieron una participación e injerencia decisoria en estas conversaciones. La Justicia Especial para la Paz,  JEP, es creada por Santiago y personas  vinculadas totalmente con  grupos subversivos de Argentina, Perú y Uruguay, ellos fueron sus ejecutores. En consecuencia, los magistrados de esa corte favorecen a las Farc como es lo normal y así como la Comisión de la Verdad en cabeza del Padre De Roux, también hará lo mismo.

Santos ha dicho que autónomamente asumió las operaciones exitosas contra las Farc; pero afirma el General que esa responsabilidad la tuvo siempre el presidente Uribe y es exactamente la misma aseveración hecha por Uribe. Santos como ministro se enteraba de la orden presidencial que los militares ejecutaron magistralmente.

El General manifiesta que Petro votó por Santos en la segunda vuelta frente a Zuluaga y Santos cuando ganó públicamente le expresó las gracias a Petro. ¿La contraprestación santista con Petro será en el 2022?