Contra escuelas y cruceros

Editorial
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Enfrentado a los cruceros, escuelas, padres de familia y Gobierno federal de Estados Unidos por las vacunas, los tapabocas y en general las restricciones debido a la Covid-19, el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, ha sufrido reveses en las cortes y también en las encuestas de popularidad.

Con más de 3,1 millones de casos confirmados y 42.722 fallecimientos, una nueva ola de la pandemia más agresiva con la hipercontagiosa variante Delta y una explosión de las hospitalizaciones, la popularidad de DeSantis, aliado político del expresidente Donald Trump, 2017-2021, ha decaído según varias encuestas.

Desde el principio de la pandemia en marzo de 2020, el gobernador han mantenido una oposición al uso obligatorio de las mascarillas y al cierre de la economía, al declarar a Florida como el “estado de la libertad”. Sin embargo, ahora sus posturas ultraconservadoras contra los pasaportes de vacunación y la obligación de llevar mascarillas en las escuelas públicas parece que están haciendo mella en la popularidad del republicano.

A un año para las elecciones a la Gobernación de Florida y a tres para la presidenciales de EE.UU., en las que también ha sonado como posible candidato, las encuestas han evidenciado un declive en la aprobación de su mandato.
Los aspirantes demócratas para reemplazarlo en 2022, el congresista Charlie Crist y la comisionada de Agricultura de Florida, Nikki Fried, lo superaron en una encuesta de Political Matrix/ The Listener, por 14 y 8 puntos respectivamente. Tampoco le fue bien en un sondeo en la Universidad de Quinnipiac, en el que la mayoría no solo está a favor del uso del tapabocas en las escuelas, sino que considera que la nueva ola de la Covid-19 era evitable y está fuera de control. En ese sondeo, el 69 % de los entrevistados dice además que es una mala idea la amenaza del gobernador de retener los salarios de los líderes escolares por requerir máscaras a los estudiantes.vbIncluso a principios de agosto el presidente de EE.UU., Joe Biden superó en un sondeo de St. Pete Polls a DeSantis en popularidad en Florida, un estado en el que Trump ganó en 2016 y 2020.

En cuanto a las escuelas públicas, su negativa a permitirles que hagan obligatorio el uso de la mascarilla, se ha encontrado con la reticencia de al menos diez distritos escolares, que suman más de 2,4 millones de estudiantes, la mitad de todos los del “Estado del sol”. Las escuelas públicas de los condados de Miami-Dade, el cuarto más grande del país, con unos 340.000 estudiantes, Broward, Palm Beach, Hillsborough, Indian River, Orange, Sarasota, Alachua, Duval y Leon, este último sede del Gobierno estatal, se rebelaron pese a que serán castigados financieramente por el gobernador.

El presidente Biden ha respaldado a los distritos escolares que acogen el uso de tapabocas en el país e incluso ordenó al Departamento de Educación analizar medidas, incluso legales, contra estados como Florida y Texas, que se oponen a la medida sanitaria.
Padres de familia a favor de las directrices de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, CCD, de EE.UU. sobre mascarillas en las aulas también están retando a DeSantis en los tribunales y tuvieron una primera victoria, cuando el juez John Cooper aceptó la demanda.

Los padres llevaron a los estrados una regla de emergencia emitida en julio pasado por DeSantis que otorga a los padres y no a los distritos escolares la decisión del uso de tapabocas por parte de los estudiantes. La desesperación de los padres es evidente en medio de un alza de contagios entre menores de edad y con miles de estudiantes y maestros en cuarentena pese a que apenas comienzan el nuevo año lectivo.

La variante Delta afecta más a los niños que las mutaciones previas del virus y los pone en mayor riesgo en escuelas atestadas, se trata de una emergencia, y con este concepto tratan de bloquear la orden de DeSantis al señalar que la Constitución estatal otorga a las escuelas la autoridad para decidir sobre las medidas sanitarias.

En las peleas casadas con los argumentos de que busca proteger las libertades en Florida, donde cerca del 94 % de las unidades de cuidados intensivos para adultos están ocupadas, DeSantis está enfrentado en los tribunales en otras dos demandas.
Una contra los CDC de EE.UU por su restricciones a los cruceros, pese a que en su mayoría, las navieras están de acuerdo y adoptando esas normas federales, y otra interpuesta por la naviera Norwegian contra la ley de Florida que prohíbe a las empresas pedir prueba de vacunación. Esta última ganó una primera batalla contra DeSantis después de que una jueza paralizó, por lo menos temporalmente, la medida que prohíbe a las empresas, entre ellas a las navieras, pedir pruebas de vacunación. De esta forma, Norwegian, cuyos protocolos sanitarios exigen un 100 % de tripulación y pasajeros vacunados y además con prueba de la Covid-19 negativa antes de abordar, pudo volver a navegar desde puertos de Miami, la capital mundial de los cruceros.
Otras navieras, con sede en Florida, como Royal Caribbean y Disney, ordenaron también vacunación para pasajeros y tripulación, moviéndose este mercado laboral y turístico en los Estados Unidos.


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