Interesante propuesta hizo el presidente Duque, al proponer una conmutación o condonación efectiva de créditos para los países de América Latina que cumplan sus metas climáticas, debido a su limitada capacidad fiscal para atender las emergencias derivadas de la pandemia de Covid-19.
Razón tiene el presidente por qué es prioritario pasar del concepto de dónde se produce más barato a dónde se produce sosteniblemente y así acordar herramientas efectivas de financiamiento y compensación por el cumplimiento de objetivos claros de protección del medio ambiente.
Además, es necesario que se tengan las herramientas novedosas desde los organismos multilaterales de crédito que implique que establezca sistemas de condonación o de neutralización de deuda contra objetivos logrados en materia de acción climática. En ese sentido, también se debe tener en cuenta un marco regional para soluciones basadas en la naturaleza que permita una regulación homogénea y premie a los países que apuestan por la sostenibilidad.
Es así que se hace necesario una acción inmediata para alcanzar las metas climáticas de nuestro país, para lo cual se debe presentar ante el Congreso de la República un proyecto de ley para convertir los objetivos ambientales en política de Estado.
Colombia llegará a la cumbre climática de las Naciones Unidas COP26 con el compromiso de reducir el 51 % de sus emisiones de gases de efecto invernadero, ya que debe alcanzar al 2050 con la carbono neutralidad y que las fuentes renovables superarán el 80 % de su matriz energética. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, organizada por el Reino Unido en colaboración con Italia, tendrá lugar del 31 de octubre al 12 de noviembre de 2021 en el Scottish Event Campus, de Glasgow, Reino Unido. Ahora, alcanzar estas metas requiere acción inmediata, donde Colombia ha tenido avances en movilidad limpia, al incentivar el uso de vehículos eléctricos, y su lucha por recuperar las áreas afectadas por la deforestación.
Colombia solo representa el 0,6 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y tiene una matriz energética limpia donde más del 78 % son energías renovables y es también es uno de los países más amenazados por los efectos del cambio climático.
Por esa razón, debe haber más cohesión entre los países de la región para lograr los objetivos climáticos que tienen en común, y plantear la necesidad de desarrollar esquemas de economía circular, combinar los incentivos con acciones drásticas contra los que están participando en ecocidios, y trabajar con los pueblos indígenas y las comunidades ancestrales como protectores de la biodiversidad. Nuestro país también se ha fijado un derrotero y es alcanzar cero deforestación para el año 2030, y eso es una invitación para todos los países que están, especialmente, en la cuenca del Amazonas.
De igual forma también se debe tener en cuenta otras acciones, como identificar las soluciones financieras para que la región pueda acompañar efectivamente la agenda contra el cambio climático, desarrollar los mercados de carbono y tal vez soñar con una gran coordinación que permita tener un mercado regional con economías de escala.
Con esta propuesta Colombia levanta la voz para decir algo con claridad: es necesario tener herramientas novedosas y que se establezcan sistemas de condonación o de neutralización de deudas contra objetivos de acción climática. Si se cumplen muchas metas, que pueda existir la conmutación o condonación de créditos, en donde es urgente invitar a los organismos multilaterales de crédito como el FMI, el Banco Mundial, el BID y el Banco de Desarrollo de América Latina, CAF, para que se establezcan objetivos medibles para cumplir ese propósito.
