La lucha con la trata de personas

Editorial
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Acertada la decisión del presidente Duque de aplicar la extinción de dominio a propiedades que sean usadas para cometer el delito de trata de personas; es así, que se reforzarán medidas que permitan la judicialización efectiva y el desmantelamiento de estas redes criminales.

En este orden  de ideas, en Santa Marta, más concretamente en Taganga, hay bienes que pueden sufrir este proceso en beneficio de la comunidad, y son aquellos pertenecientes al israelí Assi Moosh, quien en este balneario turístico tiene propiedades por más de 20 mil millones, y que eran utilizadas, según la Fiscalía General de la Nacional, para cometer delitos como concierto para delinquir, enriquecimiento ilícito, trata de personas, turismo sexual e inducción a prostitución y hasta un asesinato; en la actualidad, algunos de esos bienes sirven de hogar para habitantes de calles, pero ninguna autoridad distrital tiene la propiedad del inmueble.

El anuncio del Jefe de Estado es una estrategia del Gobierno Nacional que busca mitigar los factores asociados al delito de trata de personas y por ellos está bien que la propiedad que se preste para esos delitos, se le aplique la extinción de dominio, porque no se debe permitir ningún inmueble en Colombia que se preste para ese tipo de abusos.

Las medidas anunciadas, las que se aplican y las que se seguirán aplicando, son solamente una parte fundamental de un compromiso, ya que Colombia quiere ser líder regional para abolir este delito cruel, que le ha causado tanto dolor a la comunidad del mundo entero. En la medida en que se aplique la extinción de dominio, la judicialización y se desmantele las redes de tráfico, se seguirá avanzando hacia una cultura de legalidad, y ese debe ser el derrotero que debe seguir el gobierno colombiano.

La lucha contra el tráfico de personas es un deber moral, es un deber ético, es un deber de todas las autoridades y es, también, donde se debe encontrar la colaboración armónica, entre la Procuraduría General de la Nación y la Defensoría del Pueblo, trabajando todos para proteger la niñez, la adolescencia, la juventud respetando la dignidad de nuestro país.

El pueblo colombiano está preocupado por el  crecimiento de casos de trata de personas en 2021, ya que en lo que va del año se ha asistido jurídicamente a  99 víctimas, comparadas con las 88 que hubo en todo 2020, lo que da cuenta de un aumento inusitado en la atención a este tipo de delitos.

Este es un delito de trata de personas, que afecta principalmente a las mujeres que son engañadas con la promesa de una mejor calidad de vida y terminan siendo esclavizadas sexualmente o utilizadas para trabajos forzados, en la mayoría de los casos les retienen sus documentos, son secuestradas y torturadas.

La mayoría de casos donde se ha brindado asistencia jurídica, que no totaliza los casos de trata que hay en el país, que es muy superior, han sido en Bogotá, Valle del Cauca y Antioquia, donde se sitúan las tres principales ciudades del país; además, desde 2016, más de 600 víctimas han recibido asistencia jurídica, con un máximo de 154 en 2017, que venía en decrecimiento desde entonces. En 2021 ya van 99 casos, con lo cual este año se proyecta como uno de los años con mayores cifras de atención de este delito que se debe enfrentar y combatir con mecanismos para identificar los casos y que accedan a la justicia, que debe impartir castigos ejemplares.

La trata de personas abarca abusos como la explotación sexual, el trabajo forzoso o la explotación en la mendicidad y en el 70 % de estos casos las víctimas son mujeres y niñas; de acuerdo con cifras del Ministerio del Interior de Colombia y a pesar de ser un fenómeno muy infrarrepresentado, entre 2013 y 2020 se registraron 686 casos de trata de personas, de los cuales el 82 % correspondió al género femenino, siendo la modalidad de explotación sexual la de mayor preponderancia con 408 casos, seguido por trabajos forzados con 134 y lo más lamentable de la situación es que la mitad de las víctimas tenían entre 18 y 30 años, y un 12 %, eran niños, niñas y adolescentes.



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