Las protestas contra el Gobierno cubano de Miguel Díaz-Canel, que suman un muerto y cientos de detenidos, han reafirmado la separación de posturas sobre la isla y el embargo del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y el estadounidense, Joe Biden.
Tras las manifestaciones Biden expresó que su Gobierno está firmemente del lado del pueblo de Cuba en su reivindicación de sus derechos, mientras que López Obrador pidió el fin del bloqueo y rechazó la manipulación de los medios y el intervencionismo extranjero.
Sí hay un claro contraste con Estados Unidos porque evidentemente el mensaje de la Casa Blanca es decididamente que la isla requiere libertad y democracia, aunque eso está ensombrecido por el embargo.
Las protestas, las más fuertes en Cuba desde el "maleconazo" de 1994, se produjeron mientras la isla está en crisis económica y sanitaria, con la pandemia en su peor momento y una escasez de alimentos, medicinas y productos básicos, además de cortes de electricidad.
La respuesta de Biden ha sido respetuosa y mesurada, pero en la misma línea de sus predecesores. No difiere de lo que haría cualquier otro antes que él; la única diferencia con Donald Trump, es que Trump hablaba e insultaba, pero, ni George W. Bush ni Bill Clinton ni Barack Obama dirían algo distinto.
Mientras Biden afronta la presión de los votantes cubano-estadounidenses, López Obrador responde a una base que busca gestos de política exterior a favor de la izquierda latinoamericana.
En México se tiene un presidente que tiene una afinidad ideológica con Cuba, que además ha sido una de las banderas de la izquierda mexicana desde los años 60, y las declaraciones de López Obrador van en ese sentido, de apoyo al régimen cubano, no a la gente que hace las protestas. Aun así, entre Estados Unidos y México porque el tema ya no es importante para el estadounidense promedio desde el fin de la Guerra Fría.
Pese a la polémica que ha causado la insistencia de López Obrador por el fin del bloqueo a Cuba, se recuerda que la postura de México siempre ha sido de neutralidad y diplomacia con La Habana. Eso ha sido atinado a lo largo del tiempo, mantener una relación diplomática y de diálogo con el Gobierno de La Habana, eso es importante que continúe y eso no cambió mucho.
Hay que reconocer los matices del conflicto y de la posición de México, pues el embargo ha tenido un efecto negativo en la economía de la isla, aunque Díaz-Canel y los Castro lo han utilizado como muleta política. Es increíble que no haya una decidida defensa a las libertades individuales de los cubanos, no solo a su libertad de autodeterminación del pueblo, sino a las libertades individuales, sociales, políticas y civiles básicas