Control a las fronteras

Editorial
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Al actual gobierno y a los colombianos mismos, les ha tocado muy duro enfrentar la pandemia de la Covdi-19 desde sus propios puntos de vistas; uno, por los fallecidos por esta terrible enfermedad, y el otro por el apoyo económico que se ha traducido en un esfuerzo super humano para no abandonar, en estos tiempos, a las personas en estado de vulnerabilidad y el reforzamiento al sistema de salud en Colombia, que dicho sea de paso, fue beneficiado con la dotación de Unidades de Cuidados Intensivos en las ciudades colombianas que ahora pueden enfrentar con más herramientas la pandemia.

Con base en estos argumentos hay que apoyar la decisión de gobierno colombiano de reforzar la presencia policial y militar en las trochas de la frontera con Venezuela por la alarmante situación que vive el departamento de Norte de Santander ante al aumento del número de personas que han ingresado al país en los últimos días en plena pandemia de Covid-19. Ahora hay que reforzar este territorio  y las trochas para vigilar la entrada de extranjeros que llegan al país sin ningún tipo de control sanitario desde sus países de origen.

Hay unos sitios por donde muchos de los venezolanos transitan pendularmente y el control que se debe reforzar es para evitar que las personas se sigan pasando de forma irregular hacia el territorio de Colombia.

Migración Colombia prolongó hasta el próximo 1 de noviembre el cierre de todas las fronteras terrestres, marítimas y fluviales del país para contener la expansión de la pandemia del coronavirus, pero deben hacer una restructuración de esta programación, debido a la excesiva cantidad de personas que están entrando al país en forma ilegal y para esto las autoridades deben garantizar que en las trochas se haga un control efectivo y se pueda disminuir esta problemática que ha venido ocurriendo en estos últimos días.

Lo que ocurre en las fronteras, especialmente en las trochas cercanas al puente internacional ‘Simón Bolívar’, que une a Cúcuta con la venezolana de San Antonio del Táchira, es complejo. Como ejemplo de ello se pone lo que ocurre en Pamplona, ciudad a unos 70 kilómetros de Cúcuta, donde hay una aglomeración de migrantes que han entrado a Colombia de manera irregular, en medio de la restricción que se tiene por la Covid-19 y con necesidades humanitarias para las cuales el departamento aún no está preparado porque la frontera sigue cerrada.

Es por ello que se hace urgente volver a pedirles a las autoridades del estado venezolano del Táchira que informen a la ciudadanía que no hay cruce autorizado de migrantes venezolanos hacia Colombia y la inconveniencia de que se trasladen hacia la frontera dados los temas humanitarios y sanitarios actuales

La reducción a unos pocos centenares del número de venezolanos que pueden pasar diariamente por el puente ‘Simón Bolívar’, por donde anteriormente circulaban miles, ha ocasionado una acumulación en el lado colombiano de personas ansiosas por retornar al país caribeño.

Con la reactivación del transporte por carretera en Colombia tras una cuarentena de más de cinco meses por el coronavirus, aumentó el flujo de venezolanos que intentan regresar a su país y quedan varados en Cúcuta a la espera de que se les permita cruzar la frontera.

Los migrantes que llegan a Cúcuta son atendidos en un campamento instalado en el puente internacional de Tienditas por el gobierno regional y organismos internacionales, así como por misioneros de la orden de los scalabrinianos que se ven desbordados por el aumento del flujo de personas.

Migración Colombia señala que, con corte al 30 de julio, en el país había 1,7 millones de venezolanos, de los cuales 195.079 están radicados en Norte de Santander, una cifra que puede aumentar de no ejercer los controles necesarios en forma oportuna y eficaz.


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