Claves que ayudan

Editorial
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La relación entre México y Estados Unidos tiene temas fundamentales en comercio, migración y seguridad, pero muchas veces los dos países tienen perspectivas distintas de cómo afrontarlos y cada país independiente tiene  sus propias claves para enfrentar y dialogar por los intereses mutuos y propios de estas naciones vecinas.


Actualmente hay varias claves para afrontar esta complicada relación histórica entre ambos países y la primera es que tienen economía inseprables,.economías en el mundo son tan interdependientes como la mexicana y la estadounidense, las cuales acaban de dar un paso más con la entrada en vigor del nuevo tratado comercial de México, Estados Unidos y Canadá, motivo principal de la reunión entre los mandatarios.
Dada la intensa integración comercial en las cadenas de suministro y en el intercambio de productos terminados, a ambos países les conviene que al otro le salgan bien las cosas

El 80 % de las exportaciones mexicanas van a Estados Unidos, mientras que muchos estados de ese país dependen de lo que venden a México. Y aunque la aplicación del T-Mec tendría que haber esperado a pasar la pandemia de la  Covid-19 para ser más efectivo; México y Estados Unidos se van a necesitar más que nunca para superar la crisis económica derivada del coronavirus.
Con más de 3.000 kilómetros, México y Estados Unidos comparten la frontera común más larga del mundo, por lo que la cuestión migratoria ha sido un asunto fundamental entre ambos países desde hace 175 años. Se calcula que en Estados Unidos viven 11,5 millones de mexicanos y más de 30 millones de descendientes de mexicanos, mientras que México alberga la mayor comunidad estadounidense en el exterior, con 1,5 millones de personas.
Con la llegada de Trump al poder y su anuncio de un muro fronterizo, la cuestión migratoria se convirtió en un factor de especial tensión con el Gobierno de México, hasta que Washington arrancó en 2019 el compromiso de López Obrador de frenar los flujos migratorios desde Centroamérica. En este momento, México actúa de muro de Donald Trump con el envío de 25.000 efectivos para frenar a los migrantes.
Los Gobiernos mexicanos siempre han tratado de llevarse bien con Estados Unidos en materia migratoria, mientras que mandatarios de todos los colores políticos de ese país han buscado frenar la migración, como Barack Obama, quien deportó tres millones de indocumentados durante su mandato.

Desde la década de 1980, a medida que México ganaba peso como país de tránsito y de producción de drogas hacia Estados Unidos, el asunto del narcotráfico se fue convirtiendo en un tema mayúsculo entre ambos países.

Estados Unidos ha presionado a México para la persecución militar y la destrucción de las plantaciones de drogas, lo que ha derivado en una guerra contra el narcotráfico que ha disparado la violencia en México. A eso, se suman las controvertidas operaciones del Gobierno estadounidense para introducir armas a México y rastrear al narcotráfico.
En el caso de México obviamente importa más el tema de las armas que provienen de Estados Unidos, pero en el caso de Estados Unidos es el tránsito de drogas de México, así como la importancia del dinero y la logística en torno a la droga. El Gobierno de Trump amagó el año pasado con declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, mientras que el Ejecutivo de López Obrador pidió a Estados Unidos un compromiso claro para perseguir el tráfico de armas.

La primera reunión entre dos presidentes de ambos países fue en 1909 en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, donde se encontraron el mexicano Porfirio Díaz y el estadounidense William Traft. Desde entonces la postura de los Gobiernos mexicanos ha ido cambiando entre los mandatarios de mitad del siglo XX, que tenían una retórica más nacionalista y los que abrazaron posturas neoliberales y cercanas a Estados Unidos a partir de los ochenta.