Las organizaciones sociales en Colombia tienen como principal reto hacerse cada vez más sostenibles y eficaces para apalancar mejor sus acciones y dar respuesta a problemáticas actuales tan complejas como la pandemia de la Covid-19.
Las organizaciones sociales, identificadas generalmente como organizaciones no gubernamentales, Ong, centran su accionar en la restitución, protección y la defensa de derechos, así como en el fomento del desarrollo comunitario en sus dimensiones política, social y económica. Este tipo de organismos por el impacto que tienen en el desarrollo socioeconómico del país, son esenciales e importantes para el desarrollo de la nación y por la capacidad de trabajo que le imprimen los colombianos para salir adelante, aún en tiempos de pandemia.
Ese el reto que tiene el país; que estas organizaciones sean sostenibles, organizadas, transparentes y eficaces, sin necesidad de reñir con los objetivos sociales que tiene cada una y que los identifica claramente.
Cumplir con esos desafíos del nuevo mundo atropellado por la pandemia, permitirá dar una respuesta muy eficiente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, además de atender de manera oportuna a las problemáticas, algunas relacionadas a la continencia por el coronavirus, que requiere dar soluciones a las personas más necesitadas y por esto las organizaciones sociales son fundamentales para el desarrollo, para la construcción de la democracia y para el ejercicio de una ciudadanía activa que participa, aprende y mejora su situación.
Es vital la función que realizan en el sector social en materia de mejoramiento de las condiciones de vida de las personas y de los territorios debido a que están acostumbradas a cumplir una labor muy silenciosa, soportada en el espíritu del voluntariado, que muchas veces no tiene visibilidad porque sus intervenciones no tienen impacto inmediato: Muchos las ven como una siembra que trata de hacer transformaciones.
Bajo el nuevo escenario que estableció el virus, las organizaciones sociales en el país han oficiado en algunas oportunidades como cuidadores permanentes de poblaciones vulnerables, entre ellas los adultos mayores y las personas con discapacidad, llegando inclusive transformar su acción para atender en la actual crisis por la pandemia y se dedicaron a una atención prioritaria de esas comunidades más vulnerables. Esta contingencia demostró que estar articulados, pertenecer a redes o a gremios, además de participar activamente de un sector, permite fortalecer la respuesta a las problemáticas, ya que durante la crisis por el coronavirus han participado en campañas e iniciativas para atender a la población y dar solución a problemas que, si no están conectados, son más difíciles de resolver.
Actualmente se está adelantando un proceso de transformación organizacional, en las organizaciones sociales, para mejorar los procesos administrativos y financieros, permitiéndoles operar como una organización socialmente responsable, pero con una visión empresarial para mejorar los procesos e ir más allá.
Un reto alcanzado y cumplido fue en el sector social donde el reto de ser sostenible, motica a seguir adelante en esta tarea, implementado modelos de negocios que permiten apalancar su acción social con estrategias claras y una oferta de valor transparente, impulsando importantes iniciativas para desarrollar en el país y muchas veces son ellas las que levantan la voz por comunidades débiles o que pasan por situaciones más complejas, como lo son las víctimas de la violencia, personas en situación de discapacidad, madres cabeza de familia y los adultos mayores, entre otros, siendo en educación y reducción de pobreza, claves en el papel que cumplen.
En esa línea, hay que enfatizar en la importancia de afianzarlas para que funcionen como empresas, pues muchas veces inician con buenas iniciativas y buen voluntariado, pero difícilmente se sostienen en el tiempo porque los recursos económicos no alcanza para suplir las necesidades que tienen al interior.