Candidato a la asfixia total en términos económicos

Editorial
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Venezuela mantendrá el sistema 7+7, es decir, actividad económica reducida de una semana, seguida de otra de cuarentena, hasta que haya una vacuna para controlar la Covid-19, lo que deja al país en una situación incierta, y a expensas de un sistema prueba-error en el que se encuentran inmersos 80 grupos de científicos en todo el mundo.

Los venezolanos seguirá el 7+7 y perfeccionaran el 7+7 hasta que haya vacuna y tratamiento 100 % efectivo y por eso se llama una nueva normalidad.

El gobierno venezolano espera que, los fármacos que devolverán la actividad total a Venezuela, estén disponibles en 2021, una afirmación que ni siquiera los científicos más optimistas y experimentados se atreven a hacer, pese a las numerosas pruebas que se están realizando en diversos países.

Las compañías farmacéuticas están probando en humanos 10 vacunas para frenar la Covid-19, de las cuales dos se encuentran en la fase II, de las tres necesarias, antes de poder comercializarlas, mientras que existen otras 114 que están en distintas etapas de investigación, según datos de la Organización Mundial de la Salud, Oms. Pese al avance alcanzado en los últimos meses en la investigación, la disponibilidad de la vacuna no será inmediata, puesto que las personas sometidas a los ensayos deber permanecer, al menos, un año en observación antes de que se pueda confirmar la eficacia total.

La farmacéutica estadounidense Moderna y el Instituto de Biotecnología de Pekín -empresa del Ejército chino- lideran la carrera por ser los primeros en presentar al mundo la solución definitiva frente a la Covid-19. Ambas confían en que, si todo va bien, habrán concluido las tres fases fundamentales de prueba a finales de 2020, cuando se conocerá si pueden ser comercializadas con garantía de eficacia testada y pasar a su fabricación y posterior distribución.

Pero este sería el mejor de los escenarios, sin contemplar errores o reacciones que impidan que la vacuna sea puesta en el mercado y haya que empezar de nuevo o esperar fórmulas de otros laboratorios. No obstante, Maduro, que no precisó si cuenta con planes adicionales a la espera del fármaco para dinamizar la economía venezolana, se mostró confiado en que en 2021 la solución llegará al país en dosis suficientes para inmunizar al país.

En el caso venezolano se recibe una cuarentena en terapia intensiva económicamente hablando y no en vano, Venezuela arrastra seis años consecutivos de fuerte recesión y, además, el aislamiento y las sanciones promovidas por Estados Unidos han afectado gravemente la liquidez del país. Los ingresos en divisas están en el piso. Los ingresos petroleros que el año pasado fueron de cerca de 14.000 millones de dólares, este año no van a superar los 4.000 millones; por todo ello más allá de la Covid-19 o su posible solución con una vacuna universal, Venezuela es candidato a la asfixia total en términos económicos.

En ello tiene un peso específico que los trabajadores informales, aquellos que tienen que salir a diario a trabajar para conseguir su sustento, el rebusque venezolano, es cerca de la mitad de la población. Esa población apenas tiene ingresos con lo cual depende de las ayudas del Estado en un momento en que los ingresos se han reducido.

El número de dosis que se pondrán en el mercado en una primera remesa será insuficiente para una distribución global, por lo que comenzará a aplicarse en grupos de riesgo y países más afectados. Si se tiene en cuenta esta premisa, Venezuela será uno de las últimas naciones en contar con el antídoto de forma masiva, pese a que la Oms reiteró que las vacunas contra la Covid-19 deben ser reconocidas como bienes públicos para todo el mundo y recordó que todos los países deben contribuir en el desarrollo de la vacuna.


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