A las órdenes de Maduro

Editorial
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El Gobierno de Nicolás Maduro emplea a miembros de la guerrilla colombiana Ejército de Liberación Nacional, Eln, para tomar el control y prestar seguridad ciudadana a un pueblo del fronterizo estado de Táchira, en Venezuela; es decir, la guerrilla ahora la utiliza Maduro para ‘meter en cintura’ a los ciudadanos venezolanos, porque al parecer sus propia guardia no le sigue órdenes.

Este nuevo accionar de la guerrilla en el vecino país, se dio gracias a las denuncias de la oposición , que dio a conocer que el dirigente regional Freddy Bernal se convirtió en “custodio” del Eln en Venezuela, y que el oficialista ha sido incapaz de prestarle seguridad a los habitantes del estado de Táchira; es así, que, Bernal tuvo que utilizar a estos alzados en arma, que tienen al territorio venezolano como abrigadero, para tomar el pueblo fronterizo de Boca de Grita, que ha sido golpeado duramente en los últimos días.

De acuerdo con esta línea el gobierno venezolano capturó, en Boca de Grita, a 14 presuntos integrantes de la banda ‘Los Rastrojos’, al tiempo que se desmanteló parte de su aparato logístico en el país; la banda mantenían en esta población fronteriza una enfermería, un depósito de armas y explosivos y una flota de al menos 20 vehículos, usados para diversos actos delictivos. Además, un centro hotelero donde resguardaban a peligrosos integrantes y varios depósitos clandestinos de combustible, en los que reposaban más de 22.000 litros.

Lo grave de esto no es solo que estas poblaciones hayan sido tomadas por el Eln, sino que estas poblaciones tienen años siendo tomadas por grupos al margen de la ley y que la Fuerza Armada durante años se negó a prestarles a los ciudadanos de esta zona de frontera la seguridad ciudadana que les corresponde.

Dicho de otra forma el Estado venezolano otorgó al Eln el control y la prestación de seguridad en las zonas de frontera, mientras permite que el pueblo sea masacrado en diversos hechos violentos.
Venezuela y Colombia comparten una porosa y extensa frontera de más de 2.200 kilómetros, en la que existe una fuerte actividad de contrabando de todo tipo de productos. Además, es escenario frecuente de combates entre los diversos actores del conflicto armado colombiano que en ocasiones cruzan la frontera, para evitar la acción de la justicia colombiana, protegidos por maduro, a sabiendas que son generadores de toda clase de violencia.

Con frecuencia, el Gobierno de Nicolás Maduro acusa a Colombia de permisividad con la violencia que se genera en la frontera y de haber roto los canales de comunicación entre las autoridades militares y de inteligencia, lo que dificulta el combatir el delito del lado venezolano de la frontera, situación que queda desvirtuada con la presencia en Venezuela de los miembros de la guerrilla de las Farc, que siguen delinquiendo desde territorio venezolano a pesar de haber firmado la paz con el gobierno del presidente Santos y también la presencia activa de la guerrilla del Eln, que ahora sirve para actuar bajo las ordenes de Maduro.