¿En qué se parecen Santa Marta y San Andrés?

Editorial
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Santa Marta fue bendecida con una naturaleza  dotada de toda clase de ríos, mares, lagunas y sitios turísticos  que son aprovechados por todos los samarios y colombianos, pero que no reciben el debido cuidado, a excepción del Parque Tayrona.

En ese orden de ideas vemos como la contaminación del Rio Manzanares va acabado poco a poco con este afluente que atraviesa la ciudad y así con los ríos que nacen en la Sierra Nevada y terminan en Santa Marta.

La falta de conciencia ciudadana es el principal protagonista; vemos como echan en él, neveras, televisores, llantas, colchones y todo clase de enseres, basuras y desechos, que acaban en la desembocadura de los ríos. Este problema también se refleja en las playas de la isla de San Andrés, un paraíso de Colombia en el Caribe, donde las olas devuelven botellas de plástico, chancletas, cubiertos y vasos de un solo uso que cubren la arena como evidencia de que algo está mal.

Cada año se acumulan 25.000 toneladas de residuos en esta isla, la principal del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, en cuyas aguas circundantes está la Reserva de la Biosfera Seaflower, que desde el año 2000 hace parte de la red mundial de sistemas protegidos por la Unesco.

La basura, generada por una industria turística que atiende a 1,3 millones de visitantes al año y por sus 85.000 habitantes, ha llevado al colapso ambiental a San Andrés, un territorio superpoblado de 26 kilómetros cuadrados.

El problema del plástico es grave. No se tiene mecanismos para el retiro de los residuos sólidos y toda la basura generada en San Andrés se queda en San Andrés; con una isla tan pequeña no se tiene espacio suficiente y por ahora todos los residuos sólidos que se reciclan se llevan al basurero municipal, el ‘Magic Garden’, aunque los que no se reciclan terminan en el mar. Que tristeza.

El basurero municipal es el reverso del paraíso, una isla con playas de color turquesa y una cultura autóctona que los raizales -nativos de la isla, con ascendencia inglesa y africana y su propio idioma, el creole- mantienen viva en los barrios populares.

El relleno sanitario funciona a cielo abierto y al acercarse a su parte trasera, la única manera de observarlo sin acceder al interior, la piel empieza a picar y el olor de los residuos al descubierto contamina el aire; los árboles no producen como antes, alrededor la contaminación es fuerte. Ya no se puede salir de la casa y  buscar mangos o mamones, y los hijos de los nativos, no tienen esa oportunidad de disfrutar de las bellezas naturales de la isla.

Los vecinos  se han cansado de denunciar, desde hace años, los efectos nocivos en el vecindario, de este basurero que es una bomba de tiempo. La prensa local viene informando desde hace años de los incendios en el vertedero y a veces eso prende y suelta unos humos muy fuertes, cuando eso pasa reubican a algunos vecinos unos días en albergues en otras partes de la isla pero los problemas respiratorios, siguen sin solucionar. Y lo peor es la denuncia de las amas de casas, que han encontrado en las casas ratas gigantes, con moscas y mosquitos que vienen desde ese sitio causando un aumento de enfermedades.

El vertedero también afectó al suministro del agua, escasa en la isla, porque antes los lugareños tenían un canal que los abastecía con agua de lluvia pero ahora el humo que echa esa cloaca cuando prende llega al techo de las casas y no se puede recoger el líquido.

En el año 2002 la Defensoría del Pueblo emitió una resolución sobre el ‘Magic Garden’ en la que alertaba de “la falta de voluntad política, local y departamental, para lograr una gestión ambiental que permita restablecer y mantener el equilibrio ecológico de la isla de San Andrés. Una de las medidas tomadas para solucionar el problema fue la adquisición en 2011 de una costosa planta de generación de energía a partir de la incineración de los residuos sólidos del ‘Magic Garden’ que sin embargo está inactiva desde entonces.

Mientras las autoridades tensan la vida útil del vertedero que, según la Secretaría de Servicios Públicos del archipiélago, se proyecta en unos tres años gracias a nuevos diseños y modificaciones, ¿cómo se encuentra Santa Marta con respecto a San Andrés?