El último “Gracias Rafa”

Editorial
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El aumento autorizado y que empieza a regir esta semana es de $200 pesos para el servicio básico y 300 para los buses climatizados.
En total la tarifa de dichos vehículos en menos de un año aumentó un 25%, dejando más que agradecidos a propietarios de buses, conductores, dueños de empresas y/o cooperativas, pero para nada contento a la ciudadanía que se le coge ‘mal parqueada’ con la decisión.

Solo hasta hoy la secretaria de Movilidad (y no la alcaldesa Virna Johnson para no aparecer como la ‘villana’ del paseo), el gerente del Setp y empresarios del transporte, saldrán a los medios a dar explicaciones para justificar dicho incremento, que por más justificado que esté, no logra ser digerido de inmediato que depende mucho del servicio.

Como parte de esa justificación se encuentra que antes de 2019 ($200) solo en 2017 se había aumentado $100 , algo que estaba trayendo muchos conflictos, sobre todo entre los propietarios con los choferes, quienes decían no veían rendimiento en sus ingresos, ingresos que aún la gran mayoría no son fijos de acuerdo a un salario que debe recibir, pero que no se ha logrado aún.

Aunque los incrementos deberían haberse hecho anualmente, no fue así, pero por el contrario la llamada “canasta del transportador”, que incluye repuestos, mantenimiento, documentación del tránsito, planillas de afiliación a las empresas y combustible, estaban aumentando su valor, razón por la cual se hacía “justo y necesario” para ellos dicho ajuste.

Ahora bien, por el lado del consumidor, si somos coherentes con los hechos y se hace un cálculo preciso de una persona que gane el salario mínimo y reciba auxilio de transporte, en promedio de los $102.854que para este año recibirá, $3.955 solo podrá gastarlos diariamente, descontando su día de descanso, quedando como siempre faltándole a esa persona de estratos medio y bajo “un centavo para el peso”.

Pero la esencia del asunto en cuestión no se enfoca en que la medida es buena o no, porque siempre habrá opiniones divididas, y más cuando en esta ciudad cuenta con una numerosa flota de buses, que en su mayoría está en regulares condiciones, “remendados” para disimular sus daños y con la incomodidad propia para dejar satisfechos a los usuarios.

Lo realmente preocupante es tomar ese tipo de decisiones fuera de toda socialización previa y dejando el ‘avispero’ alborotado en la opinión, yéndose el causante de los incrementos sin dar explicaciones y dejando a funcionarios de rango medio para que salgan y hablen, poniéndose en el ‘ojo de las críticas’ para no afectar la imagen de Johnson Salcedo.

Lo interesante de todo esto es un trino del mismo Rafa Martínez a finales de enero de 2016 que decía “En vez de hablar de alza, las empresas transportadoras deben mejorar la operación y racionalizar mejor su parque automotor. Queremos mejoras en el transporte público para que acabe guerra del centavo y haya más buses nuevos, cómodos y climatizados”. Eso lo dijo el recién salido alcalde ¿será que se ha cumplido todo lo que dijo para permitir aumentar los pasajes 500 pesos en menos de tres años? Juzguen ustedes.