Criminales sin carácter ideológicos

Editorial
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Las disidencias de las Farc no son una guerrilla sino bandas criminales en expansión a las que no se podrá derrotar mientras tenga el apoyo del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, y lo más triste es que en el vecino país, las cosas se quedaron paradas.

En el corto plazo de este gobierno se ve una expansión lenta pero gradual de la ex Farc mafia;  la reconstrucción de un ejército guerrillero, una federación criminal al tipo de los gaitanistas y al servicio del narcotráfico y en eso ha quedado las Farc. Los disidentes no los motiva una ideología como a la antigua guerrilla sino el dinero producido por crímenes como el narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión.

El centro de investigación del crimen organizado InSight Crime, dirigido por Jeremy McDermott, denuncio todas esas atrocidades en un estudio, que además de mostrar la realidad, demuestra lo que algunos no quieren ver.

El Observatorio Colombiano de Crimen Organizado de InSight Crime detalló en su informe que los cultivos de coca y marihuana, así como la extorsión y la extracción ilegal de oro se convirtieron en el motor de las disidencias para reconstruirse como fuerza nacional. Hay una cosa preocupante y es la plata. Hay mucha plata. Colombia está produciendo más cocaína que nunca, el oro tiene muy buen precio internacionalmente y hay más que suficientes recursos no solo para obtener sus recursos actuales, sino para duplicar sus números y la capacidad de reconstruir una red nacional, afirma el estudio, que es una voz independiente.

Según el informe, en el Pacífico colombiano hay cultivadas con coca más de 61.000 hectáreas, principalmente en Nariño (41.903) y Cauca (17.117), mientras que en Norte de Santander, en la frontera con Venezuela, hay 33.597 hectáreas. Entre tanto, la minería ilegal se desarrolla en departamentos fronterizos con Brasil como Vaupés, Amazonas y Guainía, donde un grupo disidente de las Farc que se hace llamar “Frente Acacio Medina” puede llegar a obtener 180 millones de pesos (unos 52.000 dólares) mensuales por la extracción de minerales.

Para enfrentar a los disidentes y a otros grupos armados que delinquen en la porosa frontera de 2.219 kilómetros es necesario que el régimen de Nicolás Maduro deje de apoyarlos, pues de lo contrario va a ser casi imposible para el Estado colombiano derrotar y desmantelar esos grupos. Hoy en día es imposible dividir el futuro de la ex Farc mafia y la situación en Venezuela.  En este país las disidencias de las Farc e incluso la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) tienen un “santuario” en el que dominan la minería ilegal, el contrabando de armas y gasolina e incluso reclutan menores.

Según el informe,  se dividió en tres los grupos de disidentes de las Farc en el país y los cuales considera que será muy difícil que se reúnan bajo una sola orden de disciplina y trabajarán conjuntamente cuando están los intereses económicos y criminales”.

El primero de ellos y el más grande es el liderado por Miguel Botache, alias “Gentil Duarte”, uno de los primeros exjefes de las Farc que se apartó de los acuerdos y que actualmente tiene bajo su mando 12 frentes en Arauca, Vichada, Guainía, Meta, Guaviare, Vaupés, Amazonas, Caquetá, Putumayo, Nariño, Cauca y Antioquia.

A este grupo le sigue el de Luciano Marín, alias “Iván Márquez”, quien fue el jefe negociador de las Farc en La Habana y que en agosto pasado anunció su regreso a las armas junto a otros líderes como Seuxis Pausias Hernández, “Jesús Santrich”, y Hernán Dario Velásquez, “El Paisa”, con los que delinque en Norte de Santander y Huila.

Por último, se encuentran  ex Farc independientes que se dedican exclusivamente al narcotráfico en departamentos como el Cauca y Nariño, donde han logrado alianzas con carteles mexicanos. Esa deriva coincide con lo pronosticado por Rodrigo Londoño, último líder en armas de las Farc, quien ha asegurado que lo que mueve a los disidentes es la plata fácil.



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