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Editorial
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Colombia, Perú, Uruguay y México lideran la clasificación de 2019 sobre el entorno para la inclusión financiera entre los países en desarrollo a nivel global, un índice que se centra en la regulación, estrategias políticas e infraestructuras, anunció este jueves el Banco Interamericano de Desarrollo, BID.

La inclusión financiera es un proceso de integración de los servicios financieros a las actividades económicas cotidianas de la población, que puede contribuir de manera importante al crecimiento económico en la medida en que permita reducir de manera efectiva los costos de financiación, aseguramiento y manejo de los recursos, tanto para las personas como para las empresas.
En el principal evento sobre innovación para la inclusión de América Latina y el Caribe que se celebra estos días en Punta Cana, República Dominicana, el laboratorio de innovación del BID destacó que estos cuatros países incorporan enfoques digitales en sus entornos. Mientras Colombia y México lideran categorías de políticas públicas y protección al consumidor, Uruguay y Perú destacan en estabilidad e integridad financiera. Además, Argentina, Costa Rica y Uruguay ocupan los primeros puestos en el ámbito de la infraestructura, lo que, confirma el liderazgo de Latinoamérica en la materia por segundo año consecutivo.
El índice “Microscopio Global” analiza la regulación y políticas utilizadas por los Gobiernos y los organismos reguladores para aumentar la inclusión financiera entre sus poblaciones y examina cómo los países fomentan la inclusión financiera, tanto para mujeres como para hombres; es así que Costa Rica, Argentina y El Salvador presentaron los ascensos más significativos en la región, ya que las dos primeras naciones han emitido estrategias de inclusión financiera, y El Salvador, por su parte, está trabajando en la creación de un marco de supervisión para pagos digitales. Es destacable, asimismo, la posición de Brasil, que ha reducido los requisitos para la apertura de cuentas de dinero electrónico y se mantiene como el líder de las transacciones digitales en la región.
Hay que recordar que Colombia alcanzó nuevos hitos en materia de inclusión financiera al contar con indicadores de cobertura financiera en los que se alcanzaron los 465 puntos de acceso por cada 100 mil adultos, contando con cobertura universal en los 1.102 municipios del territorio. Así, el indicador de inclusión financiera pasó de 80,1% en 2017 al 81,4% para finales de 2018, lo cual se traduce en 28 millones de adultos con acceso a un producto financiero en el país. En todo ello, la digitalización de productos y servicios financieros ha contribuido significativamente en el aumento del indicador de inclusión financiera.
A pesar de estos importantes avances, Colombia tiene el reto de vincular financieramente a 6,3 millones de adultos colombianos, es decir, un 18,6% del total de la población mayor de edad del país; y la tarea de requerir incrementar el nivel de uso de los servicios financieros, ya que para 2018 el 84% de los adultos con productos financieros los tenían vigentes o activos.Colombia, Perú, Uruguay y México lideran la clasificación de 2019 sobre el entorno para la inclusión financiera entre los países en desarrollo a nivel global, un índice que se centra en la regulación, estrategias políticas e infraestructuras, anunció este jueves el Banco Interamericano de Desarrollo, BID.La inclusión financiera es un proceso de integración de los servicios financieros a las actividades económicas cotidianas de la población, que puede contribuir de manera importante al crecimiento económico en la medida en que permita reducir de manera efectiva los costos de financiación, aseguramiento y manejo de los recursos, tanto para las personas como para las empresas.En el principal evento sobre innovación para la inclusión de América Latina y el Caribe que se celebra estos días en Punta Cana, República Dominicana, el laboratorio de innovación del BID destacó que estos cuatros países incorporan enfoques digitales en sus entornos. Mientras Colombia y México lideran categorías de políticas públicas y protección al consumidor, Uruguay y Perú destacan en estabilidad e integridad financiera. Además, Argentina, Costa Rica y Uruguay ocupan los primeros puestos en el ámbito de la infraestructura, lo que, confirma el liderazgo de Latinoamérica en la materia por segundo año consecutivo.El índice “Microscopio Global” analiza la regulación y políticas utilizadas por los Gobiernos y los organismos reguladores para aumentar la inclusión financiera entre sus poblaciones y examina cómo los países fomentan la inclusión financiera, tanto para mujeres como para hombres; es así que  Costa Rica, Argentina y El Salvador presentaron los ascensos más significativos en la región, ya que las dos primeras naciones han emitido estrategias de inclusión financiera, y El Salvador, por su parte, está trabajando en la creación de un marco de supervisión para pagos digitales. Es destacable, asimismo, la posición de Brasil, que ha reducido los requisitos para la apertura de cuentas de dinero electrónico y se mantiene como el líder de las transacciones digitales en la región.Hay que recordar que  Colombia alcanzó nuevos hitos en materia de inclusión financiera al contar con indicadores de cobertura financiera en los que se alcanzaron los 465 puntos de acceso por cada 100 mil adultos, contando con cobertura universal en los 1.102 municipios del territorio. Así, el indicador de inclusión financiera pasó de 80,1% en 2017 al 81,4% para finales de 2018, lo cual se traduce en 28 millones de adultos con acceso a un producto financiero en el país. En todo ello, la digitalización de productos y servicios financieros ha contribuido significativamente en el aumento del indicador de inclusión financiera. A pesar de estos importantes avances, Colombia tiene el reto de vincular financieramente a 6,3 millones de adultos colombianos, es decir, un 18,6% del total de la población mayor de edad del país; y la tarea de requerir incrementar el nivel de uso de los servicios financieros, ya que para 2018 el 84% de los adultos con productos financieros los tenían vigentes o activos.