Hacia una transición energética

Editorial
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Ocho árboles al año. Es lo que cada uno de nosotros tendría que sembrar para compensar la huella de carbono que causamos anualmente.

En este periodo, cada habitante del país emite, en promedio, cuatro toneladas de CO2. Buena parte de estas emisiones se produce por actividades diarias que requieren consumo de energía eléctrica. El 43 por ciento se origina por el uso diario del transporte público o particular y otro 16 por ciento por el uso de electrodomésticos como el televisor o la nevera.

Significa que sembrar árboles no es la única manera como podemos proteger el medio ambiente y responder a la amenaza del cambio climático. El consumo responsable de energía eléctrica es otra acción sencilla que puede contribuir al cuidado del planeta. Por ejemplo, usar un refrigerador pequeño a 7 grados y no a 5 grados, genera un ahorro del 25 por ciento y evitar que un electrodoméstico esté expuesto al sol puede traer un ahorro hasta del 60 por ciento.

Colombia, a pesar de ser uno de los países que menos aporte representa a las emisiones globales de CO2 (0,42 por ciento), es uno de los más vulnerables al cambio climático. El Fenómeno del Niño 2015-2016 puso a prueba nuestro sistema eléctrico, ocasionando una reducción del porcentaje útil de los embalses del 80 al 50 por ciento, en pocos meses. La generación de energía eléctrica, en un 70 por ciento a partir de fuentes hídricas, demuestra la limpieza de nuestra matriz, pero también nos impone un reto frente a la sostenibilidad energética y la resiliencia al cambio climático, que exige un compromiso colectivo: conciencia ciudadana y decisiones políticas.

La visión del Gobierno Nacional es preparar a Colombia para la transición hacia la cuarta revolución industrial, modernizando el sector eléctrico con tecnología de punta que aporte a la eficiencia energética y la protección del medio ambiente. Herramientas como blockchain, big data y automatización, medidores inteligentes, baterías, participación activa de la demanda, movilidad eléctrica, entre otras, serán fundamentales.

En el Gobierno del Presidente Duque se tiene el firme propósito de diversificar, complementar e impulsar la competitividad de nuestra matriz energética. Pasando de 50 megas de capacidad instalada de energías renovables no convencionales, equivalentes a las que necesita una ciudad como Ibagué, a 1.500 megas, equivalentes a Cali y Medellín juntas, garantizando una matriz más diversificada y limpia. 

  El plan marca una senda de reducción de emisiones de 11 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, al año 2030. El momento de actuar es ahora y la responsabilidad es de todos.



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