En la vida hay cosas injustificables e inexcusables, el simple hecho de ser seres humanos nos define como seres en constante formación y propensos a cometer errores. Sobre todo, a tomar malas decisiones.
Hay decisiones desacertadas que nos cuestan muchísimo, incluso nuestra propia vida, incluso, la vida de otros. Con estas decisiones debemos aprender a seguir adelante a pesar de ellas, pero más que nada, debemos aprender a vivir con las consecuencias de estas decisiones.
En recientes días andamos todos los que amamos a Santa Marta con el corazón adolorido, el accidente en Gaira nos llegó duro, muchas muertes, muchos errores, muchas malas decisiones. Es importante aclarar los hechos, y es muy importante que quien o quienes tomaron malas decisiones, las enfrenten, y vivan las consecuencias de estás.
El dolor de las familias paso a ser un dolor de la ciudad, del país, de muchas partes de Colombia me han hecho saber el dolor que ha causado este accidente, hay que seguir adelante, pero que duro, que difícil es.
Sin embargo, no nos podemos desviar de lo que pasó, esto, a pesar de que haya culpables identificados, fue un accidente, el conductor muy seguramente no salió a terminar con la vida de nadie, está claro que cometió errores, malas decisiones, que cuestan, y debe afrontar sus repercusiones, pero él no salió con la intención de acabar con la vida de nadie, de hecho, con ese tipo de accidente, me atrevo a decir que está vivo por un milagro de la vida.
Vemos a las autoridades buscando aclarar los hechos con vehemencia, ofreciendo recompensas, y presionando a la justicia, y eso está bien, pero desmedido para un accidente, mientras tanto, medicina legal reporta 70 asesinatos en la ciudad, cometidos por asesinos que, si salieron a matar, a acabar con vidas y destruir la sociedad, afectar la seguridad, y todos esos temas por los cuales elegimos líderes para que se ocupen de ellos.
Para esos 70 asesinatos, los cuales requieren mucha más urgencia de atender, no hay esa intensidad, es inexplicable, como un desafortunado accidente de tránsito ocupa ese nivel de atención en nuestras autoridades, mientras que la ciudad debe lidiar con la peor ola de homicidios de los últimos 10 años. Homicidios para los cuales los dirigentes no tienen la misma urgencia y deseo de justicia que en este accidente.
Me duele profundamente la muerte de los 6 jóvenes, y la séptima víctima está en mis oraciones y las de mi familia, me atrevo a decir que de los samarios y el país en general, ojalá la justicia triunfe en este accidente de tránsito, y que quien deba sufrir consecuencias, lo haga. Sin embargo, mientras este caso ocupa la atención de las autoridades, los 70 homicidios y contando, lo realmente importante para ellos, pasan desapercibidos ante sus narices.