El abuelo Marx

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Escrito por:

Diego Alejandro Rangel Salamanca

Diego Alejandro Rangel Salamanca

Columna: Blogs

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Un día como ayer de 1883 Karl Marx fue sepultado. Su última morada en esta dimisión fue en un rincón perdido del cementerio de Highgate, en el mismo lugar donde su esposa yacía desde hacía quince meses. Solo once personas asistieron al entierro. En su oración fúnebre, Engels lo calificó de genio revolucionario, el hombre más odiado y calumniado de su tiempo, prediciendo que "su nombre y su obra perdurarán durante muchos siglos".

El periodista inglés Francis Wheen narra de forma romántica la muerte de Marx contándonos que “Cuando Engels fue a su casa el miércoles 14 de marzo, a eso de las dos y media de la tarde, su habitual hora para las visitas, Lenchen bajó para decirle que Marx estaba 'medio dormido' en su butaca favorita junto al fuego... Cuando entraron en el dormitorio, un par de minutos después, había muerto” ya han pasado 138 años y siguen siendo uno de los pensadores más leídos, comentados, discutidos y polémicos dentro de las facultades de economía, política, historia, filosofía, cafeterías, tertulias de intelectuales y demás.

Paul Ricoeur lo llamo maestro de la sospecha, no encuentro un mejor epíteto para este pensador que sospecho del fenómeno económico, que se pensó la nueva clase emergente, los obreros del mundo, y desarrollo hasta el final de los días sus postulados alrededor de la mercancía, la lucha de clases y el capital. Es quizás uno de los pensadores más leídos y mal interpretados de la historia de la filosofía cumpliendo así la sentencia de su amigo Engels sobre su nombre y su obra.

El apartado de su obra que con seguridad más se ha repetido en conversaciones de café y tertulias de corredor universitario, es aquella tesis número 11 sobre Feuerbach que reza así “"Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo." Y con ella su vigencia absoluta en nuestros días, con una invitación permanente a cambiar el mundo, nuestro mundo amenazado hoy por los riesgos del cambio climática o la hiperconectividad a la que nos afrontamos, creo yo, que se trata de hacer pequeños cambios, en mi familia, mi casa, mi trabajo etc. La revolución, en la clave de la comuna de París ya tuvo su oportunidad en la historia y negar su legado sería absurdo, en el siglo XX medio mundo permaneció bajo la sombrilla del marxismo leninismo de la URSS y en a China Comunista se construyeron estatuas en su honor y las izquierdas de antaño en américa latina se declaran herederas del legado del Marx.

Sin lugar a dudas nuestro mundo sigue igual o un poco peor al mundo obrero de la Inglaterra del siglo XIX que se pensó Marx y la historia sigue moviendo por el devenir dialectico de la lucha de clases, en un mundo que sigue produciendo mercancías (Cosas) alejándonos del sentido de la vida. Quise recordar en esta tribuna al más grande maestro de la sospecha como un homenaje a la filosofía y los filósofos que cambia el mundo preguntándome si el viejo abuelo Marx seria Marxista…


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Autor: Diego Alejandro Rangel Salamanca