¿Entenderá Mr. Trump?

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Escrito por:

Amed Zawady Leal

Amed Zawady Leal

Columna: Opinión

e-mail: amedzawadyleal@hotmail.com



En medio de un ambiente expectante,  se ha posesionado Joe Biden como presidente número 46 de los Estados Unidos de América con un discurso esperanzador en el cual clama por la unión y el respeto por los desacuerdos. 

Ha dado especial importancia a la lucha contra la mayor amenaza que enfrenta el mundo en estos aciagos momentos de incertidumbre  por el coronavirus, y ha clamado que no es un asunto de un grupo hoy triunfante en unas elecciones atípicas sino de todo el planeta unido para preservar la vida, y el lugar que habitamos en este vasto universo; por tanto, enfatiza que solo si apartamos personalismos y odios podremos lograrlo. 

La democracia no es una teoría anclada en conceptos que hoy parecen fuera de lugar, irreales y absurdos. Es un proceso vivo, que se va transformando en la medida que avanzamos como sociedad a través de nuestro periplo vital y colectivo. Si bien en épocas pasadas su objetivo, casi único, había sido la imposición de la voluntad de las mayorías, hoy la protección de las minorías es su meta principal. La desigualdad y la exclusión - tan extendidas por todas partes - crecen como un cáncer maligno que arrasa las ilusiones y la vida de las gentes más necesitadas.

Por tanto, una política inclusiva e igualitaria en oportunidades para todos, que garantice el disfrute de los derechos humanos, es lo único que puede garantizarnos la tan anhelada paz. Claro, todo lo anterior no se logra de la noche a la mañana. Es necesario un proceso de toma de conciencia acerca de la realidad que trasegamos hoy. 

Los EE.UU, aprovechando las circunstancias actuales, deben apartarse de su papel de policía del mundo para convertirse en socio del progreso de los pueblos. Así ganamos todos y se recobra el liderazgo de una potencia que, si bien en la realidad necesitamos, también, por múltiples razones nos necesita.

Es el momento difícil de deconstruir el legado del presidente saliente quien, dicho sea de paso, ni siquiera tuvo la gallardía de asistir a la posesión del nuevo mandatario esgrimiendo fraudes que sólo existen en su imaginación, pues no ha presentado prueba alguna del supuesto robo perpetrado por el partido demócrata. Ojalá no se convierta en piedra en el zapato sin razón del gobierno escogido legalmente por el electorado del país. ¿Entenderá la mentalidad paranoica y narcisista del derrotado ex-presidente el llamado a la unión de Mr. Biden?, Dentro de tres meses (cien días) lo sabremos.



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Autor: Amed Zawady Leal