La educación y la pedagogía claves para el éxito en el manejo de la pandemia.

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Escrito por:

Nevyn Ramos L.

Nevyn Ramos L.

Columna: Blosgs

e-mail: nevynramoslascarro@hotmail.com






Muchos han sido los mensajes que reciben los niños a través de los diferentes medios de comunicación, mensajes de alto contenido, generalizados, sobre la situación que se vive a nivel a mundial, que son difícilmente categorizados. Las estrategias pedagógicas que implementan los docentes para los discentes de la primeara infancia, aunque los propósitos sean comunes, no deben ser las mismas para los adolescentes o para los impúberes; no obstante, la información que hemos recibido frente al uso de la razón, en el sentido de su apropiación y del desarrollo de la personalidad, que es de acuerdo a la edad, no es del todo una verdad.

Recordemos que el temperamento es heredado y el carácter es adquirido; y este último depende en buena parte de la suma de la experiencia, del auto crecimiento, del aprendizaje, multiplicado por el orden y por lo tanto es susceptible de educación, porque se va transformando en el transcurso de los años.

Las personas con quienes convivimos en nuestra infancia ejercieron sobre nosotros poderosa influencia, padres, hermanos, abuelos, vecinos, compañeros y amigos. Todas esas personas que nos rodean influyen sobre nosotros y a su vez reciben nuestra influencia. El medio social nos imprime un sello, de cierta manera nos conduce, nos insinúa que debemos hacer, y nos entrega con las tradiciones familiares: la cultura.
Lo anterior explica el porqué de muchas actuaciones ajenas y disculpa generosamente los errores.
Reflexionemos:

De acuerdo con lo anterior, el uso de la razón se relaciona con aspectos biológicos y sociales, donde todos los niños no tienen las mismas características determinadas por la herencia, mucho menos por la educación que se les imparte.

La situación que vive el mundo por la pandemia, con sus consecuencias económicas, sociales, políticas, afecta el funcionamiento de nuestro organismo en general y que se manifiesta en tendencias específicas, tales como ser más o menos susceptibles ante circunstancias favorables o adversas, como reaccionar rápido o lentamente ante exigencias ambientales y ante estímulos tensionantes.
La crisis por la emergencia sanitaria es la oportunidad para la transformación.

Hemos visto obediencia civil, principalmente en el cuidado con los niños y niñas, quienes constituyen el futuro de nuestro país, pero se observa la susceptibilidad frente a la adversidad, aunque se haga en aras de buena fe, al pretender finiquitar la cuarentena, con el regreso a clases, y exponerlos a la fatalidad, con la excusa, que la gradualidad es una excelente metodología o base del protocolo, asemejándolo a un muro de contención que no permite la llegada del virus a la humanidad.

Recibimos con beneplácito la educación virtual, donde niños, niñas y cuerpo de profesores, han avanzado en el aprendizaje de nuevas tecnologías informáticas, y donde se ha reflejado el desarrollo del pensamiento lógico, permitiéndoles mejorar su creatividad, conectividad y el desarrollo de la libre personalidad, dada sus características de organización e integración de tipo biológico, cognoscitivo, afectivo, emocional y comportamental. Además, la adaptación y continuidad, asimilando nuestro ambiente acomodándonos a el, genera un proceso creativo que requiere esfuerzo y dominio personal.

El grupo de personas, que votan, porque se dé el regreso a clases en las aulas, nada pueden ver en su espejo, solamente lo que quieren ver.

Es apenas normal que la ansiedad que nos causa el confinamiento y el aislamiento, tiene como efecto pretender ponerle fin a la cuarentena, cuyo significado no es otra cosa, que el constructo en nuestra mente con premisas verdaderas y resultados esperanzadores, que hoy tiramos a la borda, con una conclusión falsa.

Si bien es cierto que no todos tienen acceso a la educación virtual, la tarea que nos ocupa por la defensa de los indefensos, la vida de los niños y niñas, es trabajar en procura de la consecución del hardware y el software a toda la población escolar y hacerlos llegar hasta los sitios más recónditos de nuestro país, que es una meta ambiciosa pero no imposible.

En el gobierno del Dr. Juan Manuel Santos. Pdte. de la República, hubo gran esfuerzo por lograr la paz, no precisamente para firmar un acuerdo, que en su campaña tuvo un slogan muy convincente ‘cambiar las balas por votos’. Hoy frente a la pandemia, sin temor a equivocarnos el propósito general es muy similar, salvar vidas y uno de los objetivos principales es: ‘cambiar las camas de las UCI por computadores’. La educación es un derecho fundamental, pero el derecho a la vida es primero.

Un niño puede estar aislado, pero transita por toda la superficie escolar, toca objetos, utiliza transporte, atraviesa calles, estornuda, y con un simple resfriado, puede llamar la atención de todos e incluso pensar y hacer pensar que está contagiado con el virus asesino.

En estos casos cabe decir, que el remedio, puede resultar peor que la enfermedad. El imaginario nos indica, que si no generamos conciencia, dentro de muy pocos años, ahondaremos en la tristeza y en la desesperación, cuando desde el cielo los angelitos nos pregunten ¿por qué, nos enviaron a la escuela? Y nuestra respuesta sería: no te preocupes hijo mío, que el juez más temible, después de Dios, es la conciencia. No estoy en una cárcel, pero estoy preso y condenado eternamente. O simplemente respondería, lo hice porque el gobierno lo autorizó.

Es de anotar, que no es la primera vez, que se hace esta petición. La comunidad ha hecho varios pronunciamientos solicitando al gobierno que no decrete el regreso a clases en estas condiciones Nos unimos al clamor de toda una comunidad para que en respecto de lo que los niños y niñas representan se les cuide y se les proteja.

Que Dios Los Bendiga.


Escrito por:
Autor: Nevyn Ramos L.