Se va otro año y el emblemático Fuerte de San Fernando en Santa Marta sigue sin tener dolientes. Sobre su restauración mucho se ha hablado, pero poco se ha hecho.
Por: César Barrera.
Redacción EL INFORMADOR.
Desde hace más de 3 años EL INFORMADOR lanzó el grito de alerta con un informe especial sobre el mal estado en el que se encontraba uno de los patrimonios más importantes que tiene la ciudad. El tiempo ha pasado y todo va de mal en peor, pues los ladrillos de la fortificación se siguen cayendo a pedazos y lo poco que quedaba se ha ido destruyendo por el abandono y la falta de mantenimiento.
Ya son 297 los años que tiene el Fuerte de San Fernando y el bastión parece estar “condenado” a perderse. Su creación se remonta al año 1725 cuando fue erigido por orden del gobernador Juan Beltrán De Caicedo como parte del sistema defensivo de la ciudad contra las arremetidas de los piratas. El 20 de noviembre de 2022 este baluarte cumplió 33 años de haber sido declarado bien de interés cultural del ámbito nacional.
de San Fernando. Se logra apreciar el mar y El Morro.
A pesar de ser un monumento nacional, las autoridades no le han dado al Fuerte el valor que se merece. Permanece cerrado al público entre culebras y murciélagos. Los techos de la edificación colapsaron y las paredes se han ido arruinando. El piso se mantiene lleno de escombros. El inmueble está ubicado al pie del cerro de La Pedrera entre las playas San Carlos y Lipe, por fuera del predio ocupado por el Ministerio de Defensa, cerca del Batallón José María Córdova de la Primera División del Ejército.
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Por mucho que se ha discutido, aún no se ha presentado una propuesta sólida que permita avanzar en su recuperación y sobre todo en su sostenibilidad. En reiteradas ocasiones, el gremio de trabajadores turísticos ha hecho llamados para que la infraestructura se adecúe y se convierta en un atractivo más para visitar en la ciudad. También se han suscitado debates en el Concejo Distrital, lo que ha generado que funcionarios de turno hagan anuncios y promesas.
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El concejal Osvaldo Socarrás fue uno de los líderes políticos quien mostró interés por el tema y lo puso sobre la mesa para que las entidades encargadas tomaran cartas en el asunto. Lamentó el estado en el que se encuentra el Fuerte de San Fernando e invitó a recuperarlo y a generar empleo en torno a él. Propuso además que en ese espacio se hagan manifestaciones culturales, se vendan artesanías y se cuente su historia con el fin de dinamizar la economía. 
Como el Fuerte San Fernando y El Morro no hay otras fortificaciones en el país. Historiadores afirman que son ejemplos únicos de fortines no reglados construidos en Colombia durante la época colonial, e incluso, de los pocos existentes con esas condiciones en el Caribe.
El arquitecto e historiador Álvaro Ospino Valiente, explicó en entrevista con EL INFORMADOR que “el sitio comenzó como una batería, que consistía en una explanada simple rodeada de una muralla. Cuando se le adicionaron edificios militares se convirtió en fuerte. Nació como resultado del deseo de una comunidad que exponía vidas para evitar los ataques del enemigo”, dijo.
¿Quién debe hacerse cargo?
La Alcaldía debe ser la encargada del bien, pero tiene la responsabilidad compartida con el Gobierno nacional. Según el artículo 100 de la Ley de Distritos 1617 de 2013 el manejo, la administración y control de los bienes que forman parte del patrimonio histórico y cultural de la Nación, localizados en su jurisdicción es competencia de las autoridades distritales. No obstante, el documento aclara que debe haber concertación con las autoridades nacionales para cualquier decisión que se pretenda adoptar con relación a la protección, conservación y recuperación del patrimonio.
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La Secretaría de Cultura Distrital anunció diálogos con el Ministerio de Cultura para iniciar trabajos de recuperación del Fuerte. También prometieron trabajar por embellecer otros lugares emblemáticos de la capital del Magdalena.
Según el parágrafo del artículo 97 de la Ley de Distritos, “el manejo y conservación de estos bienes es responsabilidad compartida entre el Ministerio de Cultura y los Distritos, pero la responsabilidad de cubrir los gastos de mantenimiento estará a cargo del Distrito donde se encuentre ubicado el bien. Cuando el bien se encuentre en estado de abandono, el Ministerio de Cultura estará en la obligación de recuperarlo y de repetir económicamente en contra de la administración distrital”.
Lo que ha pasado con el Fuerte de San Fernando es que “ni lavan ni prestan la batea”. El fortín ha tenido varias intervenciones desde 1.952, y la última se hizo en 1.996 cuando se consolidó la torre. La administración distrital junto con el Gobierno deberían recuperarlo o buscar alternativas para que no permanezca en el olvido, como, por ejemplo, entregarlo a alguna entidad que lo maneje a través de una alianza público - privada.
Darío Mosquera, guía turístico de Santa Marta, opinó que “es lamentable lo que está pasando con este Fuerte que fue construido en 1725 para la defensa de la ciudad. Recuerden que es un ícono. Lastimosamente no se está utilizando para el turismo debido a que está en jurisdicción del Ejército y esto impide que los turistas y nativos de Santa Marta visiten este importante lugar. Lo más importante es que se pueda buscar a personas expertas que sepan restaurar esta reliquia colonial de la época. El llamado es al gobierno distrital y nacional para que ayude a la recuperación de este sitio”.
Santa Marta tenía seis fuertes y dos veladeros para resguardar la ciudad. De esos solo quedan las ruinas del San Fernando y de la isla de El Morro. Se disiparon: el San Juan de Mata (1602), San Vicente (1644), San Antonio (1719), Betín (1663) y el de la Peña de Lipe-San Fernando (1667-1725).
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Aún en medio del deterioro, persisten las estructuras del antiguo almacén de pólvora, el cuartel de la tropa, la explanada, la cocina y el vigía. En la explanada se ponían los cañones en tres direcciones: hacia la Bahía, hacia el mar y hacia playa Lipe.
El 2022 fue un año más de olvido para el Fuerte de San Fernando. Los ciudadanos dolientes esperan que en el 2023 puedan recuperar este patrimonio con menos palabras y más obras, teniendo en cuenta que en 2025 Santa Marta celebrará sus 500 años de fundación. También desean que cuando La Perla de América llegue a su quinto centenario, la fortificación no haya desaparecido y que se haya dado solución a problemáticas estructurales de la ciudad.
El dato: El monumento al que los samarios no tienen acceso está registrado con código nacional número 01-01-01-01-47-001-000001 y fue declarado bien de interés cultural de la Nación mediante el Decreto 2673 del 20 de noviembre de 1989.