Las autoridades locales advirtieron sobre las implicaciones económicas de esta situación, ya que los agricultores dependen de estas siembras para su sustento.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) alertó sobre un posible descenso significativo de las temperaturas en el altiplano andino, especialmente en áreas situadas entre los 2.500 y 2.900 metros sobre el nivel del mar, durante las madrugadas.
Esta situación afecta a 145 municipios, con impactos más severos en Boyacá, Cundinamarca y Nariño, que concentran 50, 40 y 33 localidades afectadas, respectivamente.
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De acuerdo con el Ministerio de Ambiente, la combinación de baja pluviosidad, cielos despejados y vientos intensos está intensificando el enfriamiento nocturno en la región. Estas condiciones han causado un impacto directo en los cultivos, particularmente en el altiplano cundiboyacense, donde las heladas amenazan con destruir completamente las cosechas de productos como papa, cebolla, maíz y diversas hortalizas, altamente sensibles a las bajas temperaturas.
Las autoridades locales advirtieron sobre las implicaciones económicas de esta situación, ya que los agricultores dependen de estas siembras para su sustento. Según el Ideam, enero es históricamente un mes de baja precipitación, lo que agrava las condiciones actuales. Aunque no se ha confirmado la influencia de fenómenos climáticos globales, la variabilidad del clima podría prolongar estas temperaturas extremas.
Para mitigar los daños, el Ideam recomendó medidas como el riego nocturno, el uso de coberturas en los cultivos y un monitoreo constante de las temperaturas. Paralelamente, las autoridades locales trabajan en la implementación de estrategias de apoyo para los productores más afectados. Aunque se prevé un leve incremento de las lluvias en febrero, esto no será suficiente para revertir de inmediato las condiciones adversas. Los expertos explicaron la importancia de diseñar planes de adaptación al cambio climático, con el objetivo de fortalecer la resiliencia agrícola y mejorar la respuesta ante futuros eventos extremos.