El Gobierno colombiano ha aprovechado la Cumbre del Clima de Naciones Unidas (COP29), que se celebra en Bakú, para buscar ayuda humanitaria para los más de 100.000 afectados por los aguaceros que han provocado inundaciones, desbordamiento de ríos y desprendimientos de tierra en varias parte del país.
El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, que encabeza esas gestiones en la capital de Azerbaiyán, manifestó que el Gobierno está moviendo todas sus capacidades "para atraer más ayuda que nos permita responder a la situación de catástrofe".
Según cifras oficiales son cerca de 56.000 familias en 300 municipios las afectadas por las lluvias, especialmente en el departamento selvático del Chocó (fronterizo con Panamá), lo que el sábado llevó al presidente colombiano, Gustavo Petro, a suspender su viaje a Bakú para la COP29 y a declarar la "situación de desastre".
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Una de las personas con las que se reunió el ministro es el comisario y negociador de la Unión Europea en la COP29, Wopke Hoekstra, quien afirmó tras el encuentro que coincidió con Murillo "en la urgencia de actuar ante el cambio climático, ilustrado tristemente en las recientes inundaciones en Colombia".
Los aguaceros de los últimos días han provocado inundaciones, desbordamientos y deslizamientos que afectan a 27 de los 32 departamentos colombianos.
El departamento del Chocó, uno de los más pobres del país, es el más afectado por el momento, con más de 30.000 familias damnificadas.
Por esa razón, el Gobierno empezó a enviar este martes más de 100.000 kits de asistencia humanitaria desde Bogotá hacia Quibdó, la capital del Chocó.