Esta paradoja se resalta en el "Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos".
Colombia enfrenta una impactante paradoja en relación con los alimentos: se desperdician 9.7 millones de toneladas de alimentos al año, mientras que casi un tercio de los hogares vive en inseguridad alimentaria grave o moderada.
Según Juan Carlos Buitrago, director de Ábaco, una organización que reúne a 24 bancos de alimentos colombianos, "Con la comida que botamos en Colombia cada año podríamos darle de comer a toda la población de Panamá, más toda la población de Uruguay y toda la población de Luxemburgo las tres comidas al día durante un año". Esto significa que, con la comida desperdiciada en Colombia, se podría erradicar el hambre en el país.
La situación es crítica, ya que 219 niños menores de cinco años han muerto por desnutrición este año, y más de 560,000 niños sufren de desnutrición crónica en un país que tira la tercera parte de los alimentos.
Además, el desperdicio de alimentos tiene un impacto ambiental significativo, siendo el tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero si se tratara como un país, según WWF-Colombia.
El 40 % de los alimentos perdidos en Colombia proviene de la producción agropecuaria debido a la falta de planificación en el abastecimiento y a la infraestructura de transporte deficiente. Esto lleva a que muchos agricultores opten por desechar sus cosechas. Las frutas y verduras son los alimentos más desperdiciados en el país.
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A pesar de que Colombia tiene una nueva ley de desperdicio de alimentos, se insta a los individuos a tomar medidas para prevenir el desperdicio, como planificar las compras y mejorar el almacenamiento.
El desperdicio de alimentos tiene un impacto ambiental significativo, generando emisiones de metano y desperdiciando recursos naturales como la tierra y el agua. Además, afecta a la producción de alimentos y la biodiversidad, lo que aumenta la inseguridad alimentaria en un mundo afectado por la variabilidad climática. Por lo tanto, abordar este problema es esencial para garantizar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental.
