Hacen falta monumentos colectivos: Jorge Elias-Caro

El Centro Histórico de Santa Marta concentra la mayor parte de los monumentos de la ciudad, en la fotografía de fondo la estatua del general Francisco de Paula Santander y en primer plano el expresidente Manuel Murillo Toro.

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Por Daniela Peñarredonda
Redacción El Informador

Santa Marta, la ‘Perla de América’, primera ciudad fundada en el territorio que hoy se denomina Colombia, catalogada como distrito Turístico, Cultural e Histórico mediante el Acto Legislativo 3 de diciembre 29 de 1989 está en deuda con la cultura y la historia. Ad portas de cumplir 500 años la ciudad ha rendido tributo a pocos personajes y actores sociales a lo largo de su historia. En Santa Marta se erigen monumentos de personajes importantes como Rodrigo de Bastidas, fundador de la ciudad; Simón Bolívar, prócer de la independencia de Colombia, quien murió en Santa Marta; Francisco de Paula Santander, el ‘Hombre de las leyes’, el Almirante Padilla y Manuel Murillo Toro, dos veces presidente de Colombia. Así también se han hecho tributos a los indígenas Tayrona, etnia ancestral de la Sierra Nevada de Santa Marta.

En general, los dos últimos monumentos develados en la ciudad son el de La Piragua en honor al compositor José Benito Barros, en el 2016 y el tributo al futbolista Alfredo Arango en 2015.

De acuerdo con el historiador Jorge Elías-Caro, Investigador en historia económica y empresarial del Caribe, docente y director de la Editorial de la Universidad del Magdalena, los monumentos tienen una simbología que representa un hecho, un personaje o alguna actividad específica que se quiere honrar. Esto en términos de algún interés particular, por lo que representen en la memoria histórica o también para mantener vivo el recuerdo de ese hecho, personaje o actividad que a través del tiempo suscitó aspectos identitarios que se fueron construyendo socialmente a lo largo de años, décadas e incluso siglos en un imaginario colectivo, que por ser de tipo social hace que dentro de la mentalidad que tenga ese territorio, ese monumento tenga un valor importante en lo que representa, y en términos de esa simbología, merezca estar allí.

Bolivar y Santander, los monumentos historicos

Parte de la historia de Santa Marta en los dos últimos siglos gira en torno a la figura de Simón Bolívar, llamado prócer de la independencia, quien aquel 17 de diciembre de 1830 murió en una hacienda ubicada en esta ciudad, la Quinta de San Pedro Alejandrino. Santa Marta fue la morada eterna del Libertador, nacido en Caracas, Venezuela; hecho que para muchos explicaría los múltiples monumentos y la exaltación histórica a este personaje.
Jorge Elías-Caro Historiador
Jorge Elías-Caro Historiador
Sin embargo, tras los monumentos de Simón Bolívar y su contendiente el general Francisco de Paula Santander, existentes ambos en el Centro Histórico de la ciudad, hay un trasfondo completamente distinto y ajeno a la muerte del Libertador en este territorio.

Cabe resaltar que, en la mayoría de ciudades del país, no solo en Santa Marta, se erigen los monumentos de ambos personajes y además normalmente existen sendos parques o plazas que llevan sus nombres.

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El historiador Jorge Elías Caro explica que es un tema de ideología, estos monumentos corresponderían a las históricas pugnas entre partidos políticos desde el siglo XIX en función de lo liberal y lo conservador, o de lo bolivariano y lo santanderista.

“En todas las ciudades vas a encontrar siempre una plaza Bolívar y la respuesta, en la medida en que las administraciones se iban dando, también se creaba un parque o una plaza Santander. Eso no es solo en Santa Marta sino prácticamente en todas las ciudades de Colombia”, señala.
Escultura del expresidente de Colombia, Manuel Murillo Toro. Lugar: parque Santander.
Escultura del expresidente de Colombia, Manuel Murillo Toro. Lugar: parque Santander.
Santa Marta esta en deuda con la cultura y la historia

Para el historiador Jorge Elías-Caro, Santa Marta al ser distrito Turístico, Cultural e Histórico, debería tener iniciativas en estos sentidos, sin embargo, de acuerdo con su concepto en la ciudad no se conocen programas en el marco histórico desde las entidades gubernamentales, las iniciativas privadas y como los gremios.

“Qué están haciendo por la historia, por el patrimonio, por conservar la memoria y todo lo que esto representa. Lo paradójico es que es un distrito histórico y no tiene un museo distrital en el que podamos decir ahí está la historia y el patrimonio del pueblo, de la antigua provincia de Santa Marta y del departamento del Magdalena del siglo XVI al siglo XXI, pero también de nuestros tiempos precolombinos, así como lo tiene el Banco de la República, pero insisto es una entidad nacional. El territorio como entidad administrativa debe tener un museo propio”, afirma Jorge Elías-Caro.

La ciudad cuenta con el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo, al interior de la Quinta de San Pedro Alejandrino; el Museo del Oro Tairona - Casa de la Aduana del Banco de la República; el Museo de Arte de la Universidad del Magdalena y el Acuario y Museo del Mar de El Rodadero.

“Hay muchas cosas que hay que hacer si queremos enaltecer la memoria promover el patrimonio, preservarlo y que eso quede en el presente y genere identidad. Es una oportunidad para el turismo cultural hacia lo étnico, lo indígena, lo afro, el campesino y el pescador, en lo comunitario, pero también hacia el turismo religioso con nuestros templos y las celebraciones”, asegura Elías-Caro.
El historiador Jorge Elías-Caro propone un tributo a los pescadores, necesario en una ciudad costera donde la pesca es una actividad tradicional.
El historiador Jorge Elías-Caro propone un tributo a los pescadores, necesario en una ciudad costera donde la pesca es una actividad tradicional.
Hacen falta monumentos colectivos

El historiador Jorge Elías-Caro destaca como propuesta la realización de obras colectivas que exalten comunidades o grupos de personas destacadas, en preferencia de monumentos individuales.

“Yo creería que hay que hacer obras colectivas, es muy bonito conmemorar a través de un busto, pero yo creo que la colectividad es importante, le tenemos que rendir tributo a los actores sociales que han sido importantes en la construcción social del departamento, así como tenemos a nuestros indígenas hechos por el maestro Lombana a lo largo de la Bahía”, afirma Elías-Caro.

Agrega que es necesario rendirles tributo a los pescadores, “estamos frente al mar y además ellos son quienes nos alimentan. Sea en Taganga, en la Bahía o en Gaira, donde hay mucho pescador y que se les pueda hacer un buen monumento con su atarraya, una canoa, que los represente y verdaderamente se sientan identificados”, afirma.

En cuanto a la cultura el historiador exalta el reciente monumento a Carlos Vives, un personaje que le ha aportado a la música y la cultura.

Sin embargo, señala que es necesario hacer un monumento colectivo a las glorias del deporte y de la cultura que han dejado en alto el nombre de la ciudad.
Homenaje a la etnia Tayrona. Lugar: Bahía de Santa Marta. Año: 1993. Autor:  Héctor Lombana, escultor magdalenense.
Homenaje a la etnia Tayrona. Lugar: Bahía de Santa Marta. Año: 1993. Autor: Héctor Lombana, escultor magdalenense.
Hace referencia a que los mejores pianistas de Colombia han sido samarios, los Linero, los Bermúdez, los Alarcón, que fueron catalogados como mejores pianistas en el siglo XIX. Actualmente Andrés Linero está catalogado como el mejor pianista de Colombia, asegura Elías-Caro.

“De pronto escoger tres o cuatro sentados en un piano y hacerles un homenaje, sería un monumento chévere y es fundamental porque la memoria los está olvidando”, agrega.

A título personal el historiador Jorge Elías Caro considera que las exaltaciones individuales tienden a llevar al personaje al mito y heroísmo, lo que puede crear aversión. En cambio, lo cual es recomendable exaltar de manera colectiva por medio de monumentos que integren la cultura y dentro del imaginario todos se identifiquen.

Manuel Murillo Toro, un presidente que se forjó en Santa Marta

En el Parque Santander o de los Novios, además del monumento al General Francisco de Paula Santander, se encuentra el busto de Manuel Murillo Toro, quien fue dos veces presidente de Colombia, en 1864-1866 y 1872-1874. Sin embargo, las nuevas generaciones no conocen quién fue este personaje y por qué se exalta en esta ciudad. El historiador Jorge Elías-Caro pone en contexto la historia de Murillo Toro en la capital del Magdalena.

Elías-Caro detalla que, durante casi media centuria, entre 1830 y 1870, Santa marta pasó a ser el primer puerto de Colombia, en aquel caso de la Nueva Granada, como se denominaba en esa época. Al ser el primer puerto, sus actividades económicas eran de gran nivel, mucho más allá de la actividad logística relacionada al comercio exterior que se suscitaba (en los procesos de importación y exportación) en la carga que iba de exportación o que entraba de importación y que iba al resto del país.
Escultura de bronce del fundador de Santa Marta, Rodrigo de Bastidas. Lugar: Camellón de la Bahía de Santa Marta. Año: 1928. Autor: José Lafita Díaz, escultor español.
Escultura de bronce del fundador de Santa Marta, Rodrigo de Bastidas. Lugar: Camellón de la Bahía de Santa Marta. Año: 1928. Autor: José Lafita Díaz, escultor español.

Esta condición económica hizo que la provincia de Santa Marta, como era el nombre administrativo de la época, se destacara a nivel nacional y continental.

El historiador Elías-Caro explica que, en ese entonces, por las estadísticas que se tenían que hacer en términos económicos, de administración pública, presupuesto, etc. Se creó un periódico, el más importante de la época, llamado la Gaceta Mercantil en 1847. Esta publicación no solo cubría las actividades económicas en Santa Marta, sino que recopilaba también información nacional e internacional.

El director y fundador de este periódico era Manuel Murillo Toro, quien se dedicaba a recopilar información acerca de ideas, estadísticas, los barcos entrantes, los productos que traían, etc. Entrevistando a tripulantes y pasajeros que venían a bordo en los barcos, que no solo eran de mercancía, y que provenían de Europa, Inglaterra, Liverpool, Francia, Holanda, y también de las islas del Caribe, Saint Thomas, Curazao, entre otros. Es decir, quien tenía informado al país con las noticias del exterior era Manuel Murillo Toro.
Monumento ‘La Piragua’. Lugar: intersección José Benito Barros, Troncal del Caribe. Año: 2016. Autor: Guillermo Barreto Vásquez.
Monumento ‘La Piragua’. Lugar: intersección José Benito Barros, Troncal del Caribe. Año: 2016. Autor: Guillermo Barreto Vásquez.

“Manuel Murillo Toro con ese periódico se hizo muy reconocido en el país y tomó tanta importancia su nombre como periodista y director que luego incursiona en la política, logrando ser dos veces presidente de Colombia”, relata el historiador Jorge Elías-Caro.

En relación con la capital del Magdalena, Murillo Toro siendo tolimense forjó su carrera en esta ciudad, contrajo matrimonio en Santa Marta con Ana Roma y Cabarcas y fue elegido representante a la Cámara por la provincia de Santa Marta en varias ocasiones.


Escrito por:
Autor: Arnol Sarmiento Cueva