José Benito Vives Campo, Ejemplo de éxito y amor al prójimo

'Pepe' Vives Campo, junto a su esposa, Rosa Lacouture Dangond.

Vida y Obra Pepe Vives de Andreis
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José Benito Vives Campo nació en Santa Marta el 18 de febrero de 1926. Fue el primogénito del matrimonio conformado entre José Benito Vives De Andréis y Silvia Rosa Campo de Vives.

‘Pepe’, como le llamaban, se graduó de bachiller en el reconocido Liceo Celedón de Santa Marta. Posteriormente se trasladó hacia Bogotá para cursar sus estudios superiores en Economía en el Gimnasio Moderno.

                                         Institución Educativa Liceo Celedón.


El 23 de diciembre de 1955 contrajo matrimonio con Rosa Lacouture Dangond, de cuya unión nacieron 10 hijos: José Benito, Silvia Rosa, Luis Eduardo, Raúl Alberto, Juan Ignacio, María Teresa, Patricia, Roberto Eusebio, Mauricio y Álvaro Luis Vives Lacouture.

           'Pepe' Vives Campo, junto a su esposa,
                      Rosa Lacouture Dangond.


Por ser el mayor de los Vives Campo desde muy temprana edad le tocó vincularse a las empresas familiares. Tras culminar sus estudios en la capital regresó de inmediato a su tierra para trabajar codo a codo con su padre en los diferentes negocios.

“En él siempre tuve un especial e inteligente colaborador”: José Benito Vives De Andréis.

Y razón tenía su progenitor. José Benito Vives Campo demostró haber heredado su olfato para los negocios y se convirtió en una figura fundamental para la consolidación de las empresas familiares. Fue su mano derecha en el manejo de las haciendas bananeras, cafeteras, palmeras y ganaderas, todas plenamente productivas y fuentes de empleo en el departamento.

José Benito, a quien también le decían ‘Don Pepe’, dirigió y gerenció las prósperas industrias de lácteos, gaseosas y plásticos que habían nacido gracias al esfuerzo y la visión de su padre.

Su ímpetu por emprender nuevos negocios lo llevó a incursionar en el sector agroindustrial, siendo pionero en la producción de aceite de palma, que distribuía hacia diferentes fábricas en la región Caribe y exportaba a diversos países.

Estimuló con inversiones y ejecuciones la construcción de viviendas, desde el tipo social hasta comercial, que representaron soluciones habitacionales para familias de la época y dinamizaron dicho sector de la economía en la región.

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El 11 de junio de 1957 ocurrió un evento que marcaría la vida de ‘Don Pepe’. La Junta Militar que en ese momento gobernaba a Colombia expidió el decreto 0118, por medio del cual se creó el Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, y se ordenó el pago del subsidio familiar a los trabajadores de las empresas privadas del país. Dicho decreto originó la creación de unas entidades sin ánimo de lucro y de carácter social en todo el territorio nacional: las cajas de compensación familiar, a las que debían afiliarse las empresas, para que sus aportes fueran destinados en forma de subsidios en dinero a las clases trabajadoras.

Fue entonces cuando un grupo de empresarios, entre los cuales se encontraba Víctor Abello, Wilfredo Escofet y Carlos Nery López, se dio a la tarea de promover y socializar a los empresarios de ese entonces la importancia de crear una caja de compensación y afiliar a sus empresas para así poder cancelar sus aportes y beneficiar a sus empleados, recuerda Jairo Donado Pinto, exdirector administrativo de Cajamag.

“’Pepe’ Vives Campo, que siempre se caracterizó por ser un hombre empresario-visionario, comprendió la importancia que esta nueva figura generaría a la clase trabajadora del Magdalena y las bondades que el sistema de subsidio familiar tendría a favor de los empleados, por lo cual no solo apoyó la iniciativa, sino que fue miembro fundador del primer consejo directivo. Además, las empresas y fincas con las que contaba en esa época hicieron parte de las 37 fundadoras con las cuales surgió una pequeña Caja de Compensación, que se transformó en lo que actualmente conocemos como Cajamag”: Jairo Donado Pinto.

El 26 de septiembre de 1957 ‘Don Pepe’, junto a otros prominentes empresarios, estampó su firma en el Acta Constitutiva de la entidad, a la que perteneció como miembro del Consejo Directivo durante 37 años ininterrumpidos. A partir de ese momento asumió una lucha permanente por el desarrollo de la misma, convirtiéndose en el asesor intelectual y en el soporte de sus directores.

Desde esa instancia, en condición de miembro del Consejo Directivo, apoyó todos los planes y programas orientados a brindar soluciones a las familias menos favorecidas del departamento.

‘Pepe’ Vives Campo hizo un gran aporte, no sólo con sus conocimientos y sus ideales como consejero, sino también a nivel empresarial, en momentos en que Santa Marta era una ciudad pequeña con pocas organizaciones empleadoras.

Fue un impulsor constante de todas las obras sociales de Cajamag y se preocupó siempre por la causa del subsidio familiar en procura del bienestar y mejoramiento social de las clases trabajadoras menos favorecidas.

“Se caracterizó por velar por el crecimiento y desarrollo de la caja y fue un estudioso de los nuevos proyectos y programas que se desarrollarían a lo largo de las casi cuatro décadas en las que estuvo en el consejo directivo”: Jairo Donado Pinto.

El Consejo Directivo, del cual ‘Don Pepe’ formaba parte, aprobó la construcción de la primera sede administrativa de la entidad (actual edificio de los juzgados) y el antiguo supermercado Cajamag, en la dirección administrativa de Carlos Nery López; la ejecución del actual edificio administrativo y el auditorio, en la gestión de Manuel Alfonso Illidge; y el centro recreacional Teyuna y el conjunto residencial Gaulchobang, en la dirección de Jairo Donado Pinto; así como la ejecución de programas sociales como los de vacunación, del niño sano y las brigadas médicas, entre otros que en su momento fueron innovadores y de gran impacto en la clase laboral, que se desarrollaban en las sedes propias de Santa Marta y en otras en arriendo en Ciénaga y Fundación.

‘Don Pepe’ permanentemente se refería a la falta de certámenes para levantar el nivel cultural, que decía estaba descaído en Santa Marta, por eso apoyó la construcción del antiguo auditorio de Cajamag, el cual en su momento era el escenario apropiado para el arte y la cultura en la ciudad. En su rol de consejero, siempre estaba presto a apoyar a los nuevos talentos, tanto regionales como nacionales. Y es que era amante de la música clásica, folclórica y las obras de teatro. Era normal verlo asistir a muchos de los eventos que se presentaron en ese recinto.

                         Una de las últimas visitas de 'Don Pepe' y directivos de Cajamag a los
                                terrenos en los que se ejecutaría un programa de viviendas.


Por su trayectoria como miembro fundador, la Caja de Compensación Familiar del Magdalena le otorgó la Orden Superior del Subsidio Familiar por su invaluable servicio y dedicación.

           José Benito Vives Campo recibiendo la Orden Superior del Subsidio
        Familiar, otorgada por la Caja de Compensación Familiar del Magdalena.


En la Asamblea General de Afiliados de la Caja de Compensación Familiar del Magdalena se aprobó poner el nombre ‘Pepe Vives Campo’ al auditorio de Cajamag, como reconocimiento a sus 37 años de servicio ininterrumpido a la entidad. El recinto abrió sus puertas en mayo de 2016, convirtiéndose en un espacio que actualmente representa la única vitrina con alta tecnología para la presentación de artes escénicas y musicales en Santa Marta.

“Don ‘Pepe’ Vives se caracterizó por ser un hombre dedicado, trabajador, un empresario que siempre tenía claros sus objetivos, lo cual le permitió destacarse hasta ahora como el único consejero que permaneció durante 37 años ininterrumpidos, esto, sumado a su entereza, dedicación y compromiso social, hicieron méritos más que suficientes para homenajear a quien, en vida, fue un verdadero ejemplo de compromiso y dedicación”: Jairo Donado Pinto.

También recibió un reconocimiento por parte de la Asociación Colombiana de Periodistas, por su labor incansable dentro de la caja de compensación.

                             Reconocimiento de la Asociación Colombiana de Periodistas a
                                     José Benito Vives Campo por su labor en Cajamag.


Vestido siempre de manera impecable, guardando su postura tradicional, con sus guayaberas y pantalones de lino, erguido, con paso firme y moderado, ‘Don Pepe’ sin lugar a dudas llamaba la atención donde quiera que llegara, con apariencia sobria y callada. Era un personaje que jamás demostraba ostentosidad, saludaba a todo aquel que se le acercara y se destacaba por ser siempre un gran oyente, lo que le permitía dar siempre oportunos consejos y ofrecía su mano a quien tocaba su corazón.

No sólo se destacó por ser un hombre exitoso en los negocios, sino en un ser humano preocupado por el prójimo.

De hecho, el 25 de julio de 1964, Santa Marta sufrió los efectos de un fuerte aguacero de 10 horas que causó grandes pérdidas materiales y humanas, lo que llevó a José Benito Vives Campo a emprender una cruzada para conseguir donativos que sirvieran para atender a la población afectada.

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El sector privado, tras una convocatoria realizada por Vives Campo, aportó recursos para atender la calamidad.  Entre los donantes que se sumaron para contribuir con los damnificados figuraron el Club Santa Marta, el Banco Bananero, la Federación de Productores de Banano, Bananeros Asociados, la pasteurizadora Patuca, Capitalizadora del Caribe, la Compañía Bananera de Seguros, la Cervecería Águila, José Benito Vives y Compañía, Silvia Rosa Campo de Vives (su madre), Rodrigo Vives, el hotel Tamacá y el periódico El Informador.

Fue un hombre fiel a sus convicciones religiosas, en su amor a Cristo y a la Virgen. Su fe cristiana lo llevó a ser el principal benefactor de las Hermanas Concepcionistas, a quienes les prodigó un afecto especial.

Para sus hermanos fue un guía orientador, buscando siempre la estabilidad de cada uno de los miembros de su familia.

Como padre y abuelo fue ejemplar y orientó con firmeza y ecuanimidad su hogar.

  'Pepe' Vives Campo, junto a su esposa, Rosa Lacouture Dangond, y algunos de sus nietos.


José Benito Vives Campo murió a la edad de 70 años, el 23 de noviembre de 1996 en Bogotá, sin embargo, sus restos fueron sepultados en la ciudad que tanto amó: Santa Marta.

Ocho de sus diez hijos continuaron al frente de las empresas que impulsó ‘Don Pepe’, las cuales se siguen perfilando como exitosas, dinamizadoras de la economía y fuentes de empleos estables.