¿Cuál debe ser el futuro del gas en Colombia?

Jorge Robledo, senador por el Polo Democrático y Diego Mesa, viceministro de Energía.

Alianza El Informador - Semana
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Los colombianos cada día sienten con mayor intensidad los estragos en su salud por la mala calidad del aire. A esto se suman los exigentes compromisos internacionales para contrarrestar el cambio climático. ¿Es el gas natural la solución?

Revista Semana
Fotos: Semana

En las últimas semanas, ciudades como Medellín y Bogotá han declarado en más de una ocasión emergencias ambientales por la mala calidad del aire. La situación pone en entredicho la capacidad de las administraciones locales y nacionales para encontrar solución a una problemática creciente que causa alrededor de 15.000 muertes al año, según el Instituto Nacional de Salud.

Esto se debe en gran parte a las emisiones de material particulado fino proveniente del carbón y de combustibles líquidos como la gasolina y el diésel. El 80 por ciento lo producen los vehículos y el 20 por ciento, las fuentes fijas como las industrias. Por esto, surge la necesidad de implementar energías limpias.

Foros Semana y Canacol, con el apoyo de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP) y Naturgas, realizaron el 28 de marzo el conversatorio ‘Gas natural nacional: una fortaleza en el crecimiento de energías limpias’. Sobre la discusión, Orlando Cabrales Segovia, presidente de Naturgas, destacó que usar gas natural disminuye casi el 100 por ciento de las emisiones de material particulado fino, lo cual tendría grandes beneficios para la salud. Además, el gas natural frente al carbón baja en 50 por ciento de gases las emisiones de efecto invernadero y casi el 30 por ciento frente a los combustibles líquidos.

Por su parte, la directora ejecutiva de Transforma, María Laura Rojas, dijo que aunque el gas natural es un combustible de transición hacia las energías limpias, no ofrece una solución en materia de cambio climático, pues no deja de ser un combustible fósil. En el mismo sentido, Manuel Guzmán Hennessey, director de la red latinoamericana sobre cambio climático KLN, sostuvo que el mundo y Colombia tienen la necesidad de avanzar hacia una economía sin carbono.

Por su parte, Francisco José Lloreda, presidente de la ACP, aseguró que el gas natural no es un combustible de transición, pues se espera que su consumo crezca en un 40 por ciento en el ámbito mundial para 2040. Además, comentó que este combustible está llamado a competir y a compartir la matriz energética con otras fuentes de energía, incluidas las renovables no convencionales, y a respaldar el sistema energético.

Esto teniendo en cuenta que esta energía puede cumplir un papel fundamental en el desarrollo del país.

Por ahora, el gas natural juega un rol fundamental en la apuesta en marcha de energías limpias, ya que se consolida como el primer paso para la transformación de la matriz energética. Por esta causa, y en aras de mejorar la competitividad de este combustible, los representantes del gremio de hidrocarburos cuestionaron el hecho de que el actual impuesto al carbono no incluya al carbón, el mayor contaminante.

Importar o no importar

En el conversatorio también hablaron de la pertinencia de construir la planta regasificadora del Pacífico. Este proyecto, liderado por el Gobierno nacional, costaría alrededor de 600 millones de dólares, que cubrirían la construcción de la planta y del gasoducto Buenaventura-Yumbo.

Según la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), la regasificadora en el suroccidente generaría beneficios en la región, que actualmente debe traer el gas natural desde el centro y el oriente del país. Además, sería una fuente de empleo y desarrollo industrial para el Pacífico colombiano.

La regasificadora busca procesar el gas importado en caso de que la oferta nacional no pueda cubrir la demanda en el mediano plazo. Según la Upme, la planta entraría a satisfacer dicha demanda hasta 2027, cuando las exploraciones costa afuera y los yacimientos no convencionales se encuentren plenamente desarrollados y en proceso de explotación.

Por el contrario, el presidente de Gas Canacol Energy, Jorge Eduardo Linero, declaró que las reservas de gas alcanzan para 11 años y que el país no tiene ningún afán de construir una planta regasificadora para el combustible importado. “En cuanto no haya un inversionista fuerte y dispuesto a financiar el proyecto, de manera que la plata no salga del bolsillo de los colombianos, el Gobierno no debería apresurarse”, dijo el empresario.

Con esa posición coincidió el senador del Polo Democrático Jorge Enrique Robledo, quien afirmó que no es lo mismo producir que importar gas, pues al hacer eso el costo al consumidor se duplica. Robledo enfatizó que “si la planta es pagada por los colombianos a través de sus facturas de gas, no debería pertenecer a un privado, sino que tendría que ser del patrimonio público”.

Determinar si es necesario importar gas y si el Estado debería financiar la planta con recursos propios serán temas de controversia en los próximos meses. Entre tanto, la Transportadora de Gas Internacional (TGI), en cabeza de su presidente Jaime Orjuela, resaltó que las plantas de importación ofrecen un complemento eficiente para el abastecimiento de gas. Su objetivo es que todas las fuentes se complementen y compitan para atender la demanda. Especialmente si se estima que en unos años la producción nacional disminuirá, mientras el consumo continuará creciendo.

Para el gremio, el Gobierno no ha sido completamente claro en cuanto a la naturaleza de la planta. Lloreda expresó que es fundamental delimitar bien la intención de la regasificadora y que se especifique si será una planta de respaldo o de abastecimiento.

Si el Gobierno continúa con la planta, como ha dejado ver, tiene por delante el trabajo de convencer a los empresarios nacionales de la necesidad de la misma.

Conclusiones

“Estados Unidos es un ejemplo en sustitución de carbón por gas natural en la generación de energía térmica, con unos efectos muy positivos en el medioambiente. Colombia no debe ser ajena a esta transición”.

“La destinación específica del recaudo del impuesto al carbono debe hacerse con lineamientos ambientales. Necesitamos que el gremio se apodere del tema y se alinee con las metas en materia de cambio climático”.

“Una planta de regasificación desincentivaría la producción de gas natural en Colombia y los colombianos tendrían que financiar la planta, que aún no se considera necesaria en el país”.