Preocupación por ventas de semillas de mala calidad y sin certificación

Leonardo Alberto Ariza, gerente general de Acosemillas.

Agropecuaria
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Acosemillas advierte que el uso de semillas no certificadas pone en riesgo las cosechas y además que empaña la imagen de las exportaciones colombianas. El gerente general de esta asociación, Leonardo Ariza, conversó con EL INFORMADOR sobre esta problemática y como afecta al Magdalena.

Los agricultores del país comienzan por estos días a sembrar varios de los principales cultivos de consumo interno y de exportación, en medio de una preocupante alerta en torno al uso indebido de semillas no certificadas.

El inicio de las siembras, correspondiente a la temporada del año 2020, es crucial para garantizar el abastecimiento y la calidad en la producción de alimentos de consumo masivo como el arroz, el maíz y la soya, entre otros.

Según la Asociación Colombiana de Semillas y Biotecnología (Acosemillas), la preocupación radica en la comercialización ilícita de semillas, que circulan en el mercado y que ponen en riesgo la calidad de las cosechas, causando perjuicios económicos para agricultores y consumidores.

El Gerente General de Acosemillas, Leonardo Alberto Ariza conversó con esta Casa Editorial y nos informa sobre esta problemática y como combatirla.
La preocupación radica en la comercialización ilícita de semillas, que circulan en el mercado y que ponen en riesgo la calidad de las cosechas.
La preocupación radica en la comercialización ilícita de semillas, que circulan en el mercado y que ponen en riesgo la calidad de las cosechas.

P: ¿Qué situación originó esta venta de semillas no certificadas?

R: Se origina porque existe demanda de algunos agricultores que no valoran la calidad de la semilla certificada y porque personas inescrupulosas ven una oportunidad de negocio, apropiándose de las semillas de quien invierte recursos para lograr sacar una variedad al mercado y vende un grano que no puede ser comparado con una semilla certificada. También porque quizás los agricultores no saben o no reconocen los beneficios de la semilla de calidad, la visión a corto plazo hace que los agricultores arriesguen sus recursos, invirtiendo en un grano que se usa como semilla pero que no es producido bajo estándares de calidad. Se desconoce que más allá de la semilla está la investigación, desarrollo e innovación de los mejoradores de semillas y que si se hacen cuentas al final sale más caro usar cualquier cosa como semilla.

P: ¿Cuáles serían el tipo de semillas más comúnmente vendida?

R: Los problemas de uso de semillas no certificadas y de origen desconocido se dan en varias especies. Para el año 2018, en el cultivo de arroz, el porcentaje de uso de semilla ilegal fue del 80%, en el cultivo de soya del 50%, para el caso de algodón es del orden de 25% y en el cultivo de papa alcanza hasta un 97%. Esta situación pone en riesgo la condición fitosanitaria del país, la seguridad alimentaria de la población y la competitividad del sector agropecuario.

P: ¿En el Magdalena ocurre?

R: En todas las regiones del país ocurre lo mismo, con algunas más acentuado que con otras. Si hablamos de frutales y forestales se encuentran dificultades con los viveros y su control, si hablamos de maíz tecnificado este si tiene mayores tasas de uso de semilla certificada y alcanza un 99%, en el caso de fríjol y arroz la situación es más crítica y se recurre a semillas de origen desconocido, sin certificación alguna. Pero lo más importante es la conciencia de los productores que ponen en juego no sólo su inversión sino el estatus sanitario del país. La semilla sin trazabilidad puede ser el vehículo para provocar serios problemas sanitarios y por ende la pérdida de la confianza en el mercado internacional, la escasez de alimentos y la dependencia de importaciones.

P: ¿Qué lleva a un productor a comprar este tipo de semillas?

R: En muchos casos, la visión de corto plazo y que piensan que están haciendo ahorro de recursos, invirtiendo menos en la semilla, pero que al final saben que no es una semilla de confianza y de calidad, las consecuencias son mayores costos en controles de plagas, enfermedades y malezas, así como bajas tasas de germinación y pureza varietal. Es importante hacer cuentas y reflexionar si vale la pena arriesgar la inversión.

Los agricultores adquieren las semillas guiados por el precio, puesto que las semillas piratas o de costal tienen un costo inferior, ya que quien las vende no realizó inversión alguna en investigación y desarrollo, control de calidad en campo y laboratorio y menos en trámites administrativos que deben cumplir quienes comercializan semillas certificadas.

P: ¿Qué se ha hecho para prevenir o evitar esta situación?

R: Acosemillas trabaja de la mano con el ICA y han realizado campañas de promoción y educación en el uso de semillas certificadas, para que el agricultor conozca los beneficios de usar estas semillas. Es el caso de la Campaña Haga Cuentas que busca hacerle ver al agricultor que la utilización de semilla no certificada disminuye la rentabilidad de los cultivos y afecta sus intereses económicos, además de poner en riesgo la condición fitosanitaria del país pues puede trasmitir plagas y enfermedades en los cultivos.

De acuerdo con estudios de la Federación Internacional de Semillas (ISF), el 40% del aumento en los rendimientos está dado por el componente genético (semilla), además de los insumos y las prácticas agronómicas.

Con la Semilla certificada se garantiza: Calidad: Física, Fisiológica, Fitosanitaria y Genética.
 Favorece un rápido y uniforme establecimiento en campo.
 Se logran cultivos sanos, sin riesgo para el país.
 Incrementa la productividad y da estabilidad al rendimiento.
 Junto con buenas prácticas de cultivo genera mayor utilidad
 Garantiza una agricultura sostenible.
 Incentiva la investigación y desarrollo de nuevas variedades.
 Permite la expresión del potencial genético propio de la variedad

P: Si alguien quiere denunciar la venta de semillas ¿A dónde se dirige?

R: El ICA es la autoridad competente para controlar la comercialización de semillas en el país. Es por ello que quien tenga conocimiento de la distribución de semillas no autorizadas debe infórmalo en cualquier de las oficinas del Instituto con el objeto de que la entidad realice las medidas sanitarias o de control necesarias para retirar del mercado esos materiales. Un agricultor puede identificar que un saco o contenedor contiene semillas certificadas primero verificando que tenga la etiqueta de semilla certificada autorizada por el ICA, la cual es sólo de color azul y tiene la siguiente información: nombre del productor de semilla, código de seguridad autorizado por ICA, nombre de la especie y variedad, fecha de análisis, fecha de producción y No. De Lote. Declaración de características de calidad y tratamiento de semillas

P: ¿Qué tan grave podría ser esto para las exportaciones colombianas?

R: Muy grave, ya que usar semilla no certificada y de origen desconocido, aumenta la presencia de plagas, enfermedades así como las malezas y este es uno de los principales aspectos que vigilan las autoridades de todos los países porque valoran y reconocen la importancia de cuidar su estatus sanitario, por eso miran con lupa los orígenes de sus importaciones, el control sanitario de cualquier producto vegetal e incluso las prácticas agrícolas porque esto les puede ocasionar la pérdida y hasta desaparición de algún cultivo de interés. Esta situación, implica desventajas frente a otros países que compiten con exportaciones de calidad, además del riesgo de la pérdida de empleos de los campesinos que dependen de estos cultivos, con el consecuente deterioro de las condiciones de vida en las regiones afectadas por el comercio ilegal de semillas.

Entre las malezas de la venta de semillas ilegales, figura la aparición y propagación de plagas y malezas, la baja producción de los cultivos, así como la pérdida de competitividad en el sector agrícola.