Hoy, cuando se conmemora el Día de preservación del cuidado de la capa de ozono, los expertos le extienden la invitación a los gobiernos, organizaciones, jóvenes y a la sociedad civil a participar activamente en las iniciativas que apoyan el Protocolo de Montreal de 1987.
Por: Juan Mozo De Lima
Redacción: El INFORMARDOR
Hoy, 16 de septiembre, celebramos el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, en conmemoración de la firma del Protocolo de Montreal de 1987, que impulsó la eliminación de los clorofluorocarbonos (CFC) y otras sustancias nocivas para la ozonosfera.
En Santa Marta y el resto del departamento de Magdalena no se cuentan con estudios a ciencia cierta sobre el deterioro de la capa de ozono, ante esta situación, el Departamento Administrativo Distrital de Sostenibilidad Ambiental (Dadsa), viene liderando campañas de sensibilización para que la ciudadanía utilice lo menos posible elementos que deterioran el entorno ambiental.
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Desde 1994, la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la resolución 49/114, designó esta fecha para destacar la importancia de proteger este escudo natural que nos defiende de los rayos ultravioletas.
Esta formalidad ha demostrado ser uno de los acuerdos ambientales más efectivos a nivel mundial; la capa de ozono ha mostrado signos de recuperación, y se espera que para el 2050 se logre su total restauración si los países continúan cumpliendo con sus compromisos.
Desde el 2000, el agujero en la ozonósfera ha disminuido en cuatro millones de kilómetros cuadrados, lo que representa un avance significativo.
No obstante, la situación aún es preocupante; las emisiones de gases contaminantes, especialmente los CFC, han dejado secuelas de largo plazo. Aunque su uso ha disminuido drásticamente, los efectos residuales continúan afectando la capa debido a la larga vida de los compuestos de cloro en la atmósfera, que pueden perdurar entre 20 y 100 años.
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Cuidado de la capa de ozono
“Volvamos a lo natural, a lo anterior que, si vas a utilizar un desodorante, sea en crema o en alumbre, lo más natural posible es cómo podemos preservar la naturaleza y cuidar nuestros gases a tierra”, indicó Paola Gómez, gerente del Dadsa en diálogo con EL INFORMADOR.
La disminución de la capa de ozono permite una mayor exposición a la radiación ultravioleta, lo que provoca graves consecuencias para la vida en el planeta; entre los efectos más alarmantes en los seres humanos se encuentran el aumento de casos de cáncer de piel, y el debilitamiento del sistema inmunológico. En los ecosistemas, la radiación afecta la fotosíntesis en plantas, reduce la productividad agrícola y daña la vida marina, afectando la cadena alimentaria.
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Su ubicación
La capa de ozono se encuentra localizada entre 15 y 50 kilómetros de la superficie terrestre, está conformada por la concentración de un gas inestable llamado ozono, compuesto por tres átomos de oxígeno y su misión fundamental es proteger toda forma de vida en el planeta, al actuar como un protector solar que limita el paso de las radiaciones ultravioletas.
Aun cuando los países de América Latina y el Caribe contribuyen únicamente con el 14% del consumo global de sustancias que destruyen la capa de ozono (según datos de 1999), la realidad es que los efectos perjudiciales de su destrucción tienen un impacto global, todos los seres humanos, las plantas, los animales y nuestro medio ambiente son afectados.
Por ello, es crucial que gobiernos, organizaciones, jóvenes y la sociedad civil continúen participando activamente en la protección de la ozonosfera. La colaboración global sigue siendo esencial para reducir las emisiones de sustancias nocivas y asegurar un futuro más saludable para nuestro planeta y las generaciones venideras.
