Desde sus orígenes, Santa Marta fue descrita como un territorio indígena que intentó proteger su cultura de los colonizadores que bautizaron a la ciudad. Al día de hoy, todavía se conservan varios de los nombres que aquella comunidad valiente otorgó a algunos sectores de la capital del Magdalena, logrando resaltar a un territorio que poco a poco se fue acomodando a las modernidades que traía la corona española.
Por Adriana Cuao Guillen
Redacción EL INFORMADOR
Desde la fundación de Santa Marta han sido ampliamente reconocidos algunos sectores de la ciudad cuyos nombres incluso fueron protagonistas de canciones y alcanzaron reconocimiento a nivel nacional. Sin embargo, no son muchas las personas que logran identificar los motivos que originaron los barrios que hoy son conocidos por los samarios y que, en un momento dado, fueron descritos como la cuna de la cultura reinante hoy en día.

Por lo anterior, EL INFORMADOR inició una búsqueda con el fin de reconocer la importancia de la historia en los barrios más emblemáticos, aquellos lugares tradicionales que dieron paso a la creación de comunidades en las que tuvieron lugar tanto las costumbres nativas como las colonizadoras, y es que, a decir verdad, ¿cuántos de los samarios conocen los motivos que conllevaron a nombrar varios sectores en la ciudad?

El popular barrio Pescaíto, ubicado al norte de la ciudad, es un lugar que alberga un sinnúmero de historias y que vio crecer a estrellas de talla como El ‘Pibe’ Valderrama, Aldo Leao Ramírez y Kerstinck Sarmiento. Lo que no todos saben es que su nombre se originó a partir de las faena de lavado que realizaban las mujeres a las orillas de un cuerpo de agua que atravesaba el lugar.
De acuerdo con David Suárez, habitante del sector y conocedor de su historia, antes dicho sitio era una salina que con frecuencia era visitada por mujeres tagangueras, quienes bajaban hasta la fuente de agua con sus respectivas bateas para lavar el pescado, por allá en la primera década del siglo XX.

13 de Junio
El barrio 13 de Junio fue creado bajo el mandato del general Gustavo Rojas Pinilla, quien fue presidente de Colombia desde 1953 hasta 1957. Él dio inicio a un Plan Nacional de Viviendas, en el que estuvo incluida Santa Marta, siendo gobernador del Magdalena Rafael Hernández Pardo, nombrado por el mandatario.
El nombre fue asignado por ser ese el día en el que el general inició su período de presidencia. Las casas del barrio estuvieron destinadas a obreros y funcionarios del orden judicial o administrativo del departamento, todos afines con el Partido Conservador, al que pertenecía Rojas Pinilla.
Unos de los primeros habitantes del 13 de Junio fueron los señores Abel Rivera Ramos y Rosendo Miranda, el primero juez de República.
Bonda
La historia de Bonda, se refiere a una cultura ancestral que se mantuvo en completa armonía con la naturaleza, hasta que sus nativos se toparon con la llegada de los españoles, quienes los obligaron a ceder ante su mandato y a servir a las peticiones de los colonos.
Según explica Maria Paula González, moradora de Bonda, los Bondigüas, tribu indígena, resistieron hasta el último aliento para no ceder su territorio a los recién llegados, sin embargo, les fue imposible.

Con la colonización y la mezcla entre propios y extranjeros, el nombre de estas tierras fértiles se fue transformando, formándose lo que hoy conocemos como Bonda, un corregimiento de más de 13mil habitantes que ha sobrevivido a la historia y al olvido”, puntualiza.
El Prado
El barrio El Prado nació en Santa Marta con la llegada de empresarios de la United Fruit Company. Acorde con el relato de la señora Helen Tribín de Diazgranados, este sector se convirtió en una especie de sucursal de Prado Sevilla, en Zona Bananera, en donde estaban asentados los americanos que trabajan en la compañía.
“Allá [en la Zona Bananera] tenían piscinas, campos de golf, pistas de aterrizaje, de todo. Y aquí [en Santa Marta] vivían los gerentes. Lo que es hoy la Clínica del Prado era antes el centro médico de la compañía frutera, que contaba con unos médicos fantásticos y todo esto estaba cerrado: desde la carrera 24”, explica la señora Helen, quien agrega que luego de que la United abandonara el país, las propiedades fueron vendidas a Pepe Vives De Andréis.
Así mismo, cuenta que las casas no estaban separadas por paredillas sino por cercos de plantas, que, a su vez, adornaban el lugar y le daban el aire americano que distinguía a los miembros de la empresa.
Taganga
Para locales y visitantes, Taganga ha sido el lugar de mayor interés turístico y cultural, además, es ampliamente conocido por ser el sitio en el que se forjó una comunidad de pescadores que diariamente se enfrenta al mar para conseguir el alimento de las familias tagangueras y el deleite de los turistas, quienes llegan al sitio con ansias de probar su plato distintivo.
A pesar del reconocimiento, el origen de su nombre no ha tenido tanta difusión.

El segundo concepto se basa en la expresión ‘Tagunmy’, también indígena, ‘Ta’ sería una forma en la que llamaban a los cerros y ‘gunmy’ significaría serpiente, Cerro o Serranía de la Serpiente.
El Rodadero
Durante muchos años, El Rodadero fue el lugar turístico que más llamaba la atención de locales y visitantes por las características paradisíacas que contenía: un mar cristalino y una arena blanca que, en conjunto con las montañas, conformaban uno de los paisajes más admirados por quienes llegaban a Santa Marta.
No obstante, anteriormente ese popular nombre no hacía parte de la cotidianidad de ese sector, que se llamaba la Quebrada Tamacá y era de playa desierta. De acuerdo con la versión que cuenta el historiador Alberto Hinestroza, Rosa Yepes y Dominga de Yepes, su cuñada, ambas de Gaira, fueron las primeras en adentrarse hasta la zona que más adelante se convertiría en balneario.
“Todos los domingos armaban un puesto para vender pescado y arroz de coco. En 1959, el gobernador Rafael Hernández Pardo, quien llegó en la época de Rojas Pinilla, entró a la playa y le gustó tanto que desde la Gobernación inició el proceso de crear una alternativa para los samarios porque la playa de Santa Marta había sufrido un derrame de petróleo y la gente ya no quería bañarse ahí”, explica.
El Rodadero nació de una montaña que estaba atravesada de arena únicamente, la gente la subía, se deslizaba y caía al mar, convirtiéndose en una actividad popular para los moradores que posteriormente inmortalizó el nombre de una de las playas mejor conocidas a nivel nacional.
Hernández Pardo, en la planificación del territorio, oficializó y documentó el nombre que, al día de hoy, sigue vigente.
El Cundí
En Santa Marta ha tomado fuerza la historia de que el nombre del barrio El Cundí proviene de una contracción de Cundinamarca, un departamento del centro de Colombia, pero según la explicación de Abel Rivera García, ingeniero pesquero, poeta y escritor samario, este término realmente fue traído a la ciudad por Pedro de Heredia, conquistador madrileño, dado que en Madrid, España, existe un sector histórico que lleva este mismo nombre.
Las teorías históricas apuntan a que el nombre fue asignado originalmente al distintivo cerro y que alrededor del mismo creció el barrio años más adelante.

Gaira
Hace sólo dos años, Gaira dejó de ser un corregimiento de Santa Marta para pasar a convertirse formalmente en un barrio de la ciudad. La Bahía de Gaira, como fue nombrado realmente, debe su nombre al cacique Gairaca, quien fue el primer gobernante de este grupo indígena descendiente de los Tayrona.
Así mismo, fue esta tribu la que recibió a los primeros españoles que llegaron a la Perla de América en 1521, según los datos entregados por la Academia de Historia del Magdalena.
Además, fue el puerto por el cual entró Rodrigo De Bastidas en la fundación de Santa Marta y fueron los indígenas de Gaira quienes recibieron a los colonos con los que, más adelante, intentarían llevar a cabo un pacto pacífico.
Los Naranjos
El sector de Los Naranjos tomó ese nombre gracias a un naranjal que se encontraba sembrado en cerca de diez hectáreas en la década de los 60. De acuerdo con la explicación de Abel Rivera García, ingeniero pesquero, poeta y escritor samario, el espacio pertenecía a un señor italiano de apellido Ciliberti, quien tenía su cultivo rodeado y protegido para evitar que entraran a robar sus naranjas.
El terreno posteriormente fue vendido y en él poco a poco se fueron construyendo las casas que hoy están ubicadas entre la carrera 19 y la calle de la Renault, a la derecha de la Avenida del Río.
Mamatoco
Mamatoco es un barrio ubicado al suroriente de la ciudad. En sus inicios, en el año 1514, era un corregimiento en las afueras de lo que en ese entonces era Santa Marta, un lugar ancestral habitado por tribus indígenas.
El nombre le fue asignado en honor a una autoridad religiosa indígena, a quien se referían como ‘mama’ y su nombre, según los relatos históricos, era ‘Toco’, estas dos expresiones pasaron a formar ‘Mamatoco’, siendo el título que hoy en día sigue ostentando.
Esta historia fue confirmada por Pedro Arias ‘Pedrarias’ Dávila, quien sería el primer español en pisar este territorio, junto con Vasco Núñez De Balboa en la tripulación, dos de las personas que dieron a los habitantes de Mamatoco los primeros apellidos en castellano.

