Más de la mitad de las muertes por terrorismo ocurren en África, según la ONU

De los países afectados, Burkina Faso es el que registra más muertes por terrorismo a nivel mundial, con un aumento del 68 % en los tres últimos años.

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Los ataques de Al Qaeda y el Estado Islámico también han crecido más de un 250 % en los países costeros de África occidental en dos años.

Las muertes relacionadas con el terrorismo en África han superado las 6.000 personas durante tres años consecutivos, lo que representa más de la mitad de todas las muertes a nivel mundial, casi un 59 %, según comunicó la vicesecretaria general de las Naciones Unidas ante el Consejo de Seguridad, Amina Mohammed.

En una sesión del Consejo de Seguridad dedicada precisamente al terrorismo en África la vicepresidenta declaró que ese continente, y en concreto la zona del Sahel que va de Mauritania al Chad, es “el epicentro de una de las crisis más brutales del mundo”.

De los países afectados, Burkina Faso es el que registra más muertes por terrorismo a nivel mundial, con un aumento del 68 % en los tres últimos años.



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Los ataques de Al Qaeda y sus afiliados del Estado Islámico se han extendido además hacia los países costeros de África occidental, donde han aumentado más de un 250 % en tan sólo dos años.

La vicepresidenta citó como ejemplos a Benín, que sufrió su ataque más mortífero desde 2021 el pasado 8 de enero, en el que perecieron al menos 28 soldados benineses, más el ataque que tuvo lugar en Nigeria el 4 de enero, donde los extremistas lanzaron un ataque contra una base militar en la que murieron seis soldados.

Otras áreas afectadas por los ataques terroristas son el noroeste de Nigeria, Níger y Chad, así como las regiones del norte de Ghana y países como Togo, Costa de Marfil, Congo o Somalia, entre otros.

Mohammed recordó que los grupos terroristas no sólo aterrorizan a las comunidades, sino que también infligen “actos atroces de violencia sexual y de género (contra las mujeres), atacan a niños y los reclutan por la fuerza para sus filas”, dejándolos en un situación de marginación, que sumada al creciente desempleo, deja a una generación de jóvenes “vulnerable a los grupos extremistas”.

“Lo más aterrador es que las tácticas de estos grupos están evolucionando a un ritmo rápido y alarmante. Las redes terroristas están aunando recursos (finanzas, combatientes y experiencia) y agudizando sus capacidades con nuevas tecnologías, incluidos sistemas aéreos no tripulados”, señaló la vicesecretaria.


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