El canal de Panamá, la única vía acuática internacional que se nutre del agua de lluvia y de los ríos para el paso de barcos entre el Atlántico y el Pacífico, gestiona su "peor crisis" al operar con una menor cantidad del valioso recurso hídrico y tener que ralentizar el tráfico de buques.
Desde el pasado 31 de julio el canal, una ruta relevante del comercio mundial que mueve cada año de 500 a 510 millones de toneladas de carga, redujo de un máximo de 38 a 32 el número de buques que lo cruzan a diario. Esta medida se sumó a una reducción escalonada del calado hasta los actuales 44 pies.
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"Es la peor (crisis) porque los cuatro buques menos no se nos había tenido que producir, sí se nos había producido ya la disminución del calado", lo que obliga a los barcos a pasar con menos carga, afirmó el Ministro para Asuntos del Canal.
A juicio de Royo, quien fue presidente de Panamá entre octubre de 1978 y julio de 1982, ha tenido mucho que ver en estos inconvenientes una cierta "falta de previsión mundial" frente a las consecuencias de la crisis climática, sumado esto al fenómeno de El Niño que se registra este año y que trae consigo en Centroamérica falta de lluvias y sequía.
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La sequía llevó a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) a la reducción del calado y de los tránsitos de buques diarios para ahorrar agua, generando un atasco en ambas entradas de la vía que ha tenido eco global.