En unos comicios cruciales para el rumbo del país, Chile elige al próximo presidente, que tendrá el gran reto de hacer la transición constitucional.
Una jornada electoral decisiva vivirá Chile este domingo 21 de noviembre. Los chilenos deberán elegir a quien será el sucesor de Sebastián Piñera de los siete candidatos que están postulados, entre ellos, una mujer. Adicionalmente en los comicios será renovada la Cámara y el Senado, elegirán a 155 diputados y 27 de los 43 senadores.
Los siete candidatos abarcan un amplio espectro político: desde una extrema derecha que busca minimizar el papel del Estado y recortar impuestos, hasta una extrema izquierda que quiere expropiar a las mineras, pasando por posiciones más moderadas que persiguen un estado de bienestar.
Aunque hay dos candidatos favoritos para pasar a la segunda vuelta, el izquierdista Gabriel Boric y el ultraderechista José Antonio Kast, las encuestas han mostrado un alto índice de indecisos, razón por la cual los analistas señalan que otros dos candidatos podrían tener oportunidad: la democristiana Yasna Provoste y el oficialista Sebastián Sichel.
El panorama
Tras las protestas de octubre de 2019, Chile enfrentó la situación social más grave desde la dictadura que finalizó hace tres décadas. Actualmente el país suramericano tiene un alto índice de inflación, un sistema de pensiones descapitalizado y una desigualdad social agudizada por la pandemia.
La pandemia ocasionó la caída del PIB del 5,8 % en 2020, la mayor en cuatro décadas, y una pérdida de casi dos millones de empleos.
El reto histórico del próximo presidente
El presidente de Chile que sea elegido tendrá el reto de hacer la transición entre dos regímenes constitucionales, lo que podría significar que el próximo Gobierno será provisional.
El nuevo presidente entrará a jugar con las normas actuales, pero una vez aprobada la nueva constitución que se prevé sea entre mediados y finales de 2022, las reglas serán diferentes.
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Si la nueva Constitución modifica la forma de Gobierno, pasando del actual régimen presidencial a uno semipresidencialista, la labor del próximo mandatario puede ser puramente transitoria y verse obligado a llamar a las urnas en cuanto se apruebe la Carta Magna que reemplazará la vigente heredada de la dictadura de Pinochet. Sin embargo, hay quienes defienden que debe ser el mismo presidente electo quien se encargue de llevar al país hacia la transición.
Abstencionismo
La participación es una de las sombras de los comicios. Chile es uno de los países de la región con la abstención más alta.
El voto dejó de ser obligatorio en 2012 y desde entonces, solo el plebiscito de 2020 para cambiar la Constitución ha superado el 50 % de la participación (50,9 %). Sin embargo, los analistas auguran un buen pronóstico, en el que se podría superar esta cifra.
Cabe destacar que en Chile las restricciones por la pandemia son mínimas y cerca del 90 % de los llamados a votar tienen esquema completo de vacunación.
¿Hay segunda vuelta?
De acuerdo con las reglas electorales, será presidente de la República el candidato quien obtenga mayoría absoluta, es decir, más de la mitad de los votos válidamente emitidos.
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En caso de no lograrse, se realizará una segunda vuelta el cuarto domingo después de la primera elección, en donde competirán sólo los dos candidatos que hayan obtenido la mayor votación.
Para los analistas, ningún candidato ganará en estas primarias y será necesaria la segunda vuelta, que será el 19 de diciembre de 2021.
15 millones de chilenos están llamados a las urnas para votar.
Desde hace 30 años Chile volvió a la democracia. Desde entonces han pasado por el poder 7 presidentes. En la última década Sebastián Piñera y Michelle Bachelet han sido elegidos dos veces de forma intercalada.
Voto exterior
Esta sábado en la tarde inició la votación de chilenos en el exterior para estas elecciones. El proceso dio apertura con chilenos y chilenas en Auckland, Nueva Zelanda que fueron los primeros en sufragar.
En la foto: El presidente de Servicio Electoral de Chile Andrés Tagle, junto al director nacional Raúl García y al ministro de Relaciones Exteriores de Chile Andrés Allamand.