Bolsonaro vuelve a criticar el confinamiento pese a un amago de conciliación

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 (EFE).- Casi todas las mañanas Jair Bolsonaro se encuentra a las puertas de su residencia con un grupo de seguidores entre vítores y oraciones, pero este miércoles, después de parecer bajar el tono ante la COVID-19, que antes tildaba de "gripecita", no compareció y recurrió a las redes para criticar el confinamiento.


El mandatario brasileño se dirigió la noche del martes al país en cadena de radio y televisión y, a diferencia de otras veces, apostó por un discurso más ameno, en el que pidió un "pacto nacional" por la preservación de la vida "pero también de los empleos" frente a lo que calificó como el "mayor desafío de esta generación".

El discurso fue visto como un amago de conciliación tras sus duras críticas al confinamiento masivo, pero este mismo miércoles el presidente volvió a cargar contra las cuarentenas impuestas por algunos gobernadores y sugirió una amenaza de desabastecimiento que el propio Ministerio de Agricultura niega.

Bolsonaro publicó un video en sus redes sociales en el que un desconocido, desde los supuestos almacenes vacíos de un mercado, alertaba del peligro de un enorme desabastecimiento por las cuarentenas y culpaba por ello a los gobernadores.

No obstante, fotos publicadas por la prensa local y el propio mercado desmintieron la información y mostraron el lugar repleto de comida y camiones, con pleno abastecimiento, tras lo cual el vídeo fue excluido de los perfiles de Bolsonaro.

Las publicaciones del presidente brasileño ya encontraron esta semana la resistencia de grandes gigantes tecnológicos, como Twitter, Facebook e Instagram, que borraron videos del gobernante al considerar que suponían una fuente de desinformación.

En uno de ellos, Bolsonaro registró un paseo realizado este fin de semana por la periferia de Brasilia en el que conversó con vendedores ambulantes, pese a las restricciones impuestas por las autoridades para evitar la propagación de la COVID-19.

BOLSONARO FALTA A SU CITA MAÑANERA

En medio de ese discurso contradictorio, Bolsonaro faltó hoy a su cita diaria con sus seguidores, un encuentro que ha mantenido en tiempos de pandemia pese a las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud (OMS).

Al grito de "mito", Bolsonaro es recibido casi a diario por una treintena de partidarios dispuestos a alabarle ante la presencia de los periodistas, objeto constante de ataques por parte del líder de la ultraderecha brasileña.

A modo de rutina, Bolsonaro saluda y escucha los elogios de sus simpatizantes.

Algunos rezan públicamente por la vida del presidente, otros toman fotos con sus teléfonos móviles, aplauden, cuentan anécdotas personales o transmiten sus demandas al jefe de Estado, quien llegó al poder hace un año y tres meses con la firme promesa de "romper paradigmas".

Mientras los países europeos amplían las restricciones para evitar la propagación del coronavirus, Bolsonaro también participó recientemente en una manifestación popular a favor de su Gobierno para atender la "voluntad" de sus seguidores y se ha paseado por las calles de Brasilia para "escuchar al pueblo".

En su intento por aproximarse a las clases más populares, ha intensificado su participación en programas de entretenimiento, como el que este lunes protagonizó en el canal Rede TV!.

Con su tono campechano y polémico, Bolsonaro volvió a minimizar la gravedad de la COVID-19 y trasladó el "deseo de los brasileños" de volver a trabajar pese a la pandemia.

Al término de la entrevista telefónica, el presentador del programa, Sikera Jr, llamó al plató a algunos integrantes de su equipo, entre ellos un hombre vestido con una máscara de burro y otro disfrazado de samurai, para pedirle a Dios que ayude al presidente "a conducir el país" durante la crisis del coronavirus.

TRUMP, EL ESPEJO DE BOLSONARO

Desde que llegó al poder, el capitán de la reserva del Ejército se ha inspirado en su homólogo estadounidense, Donald Trump, y ha intentado seguir las líneas de su discurso durante la crisis del coronavirus.

Bolsonaro, al que algunos apodan de "Trump tropical", emuló al presidente estadounidense al comienzo de la pandemia al recalcar la importancia de mantener a flote la economía y ahora intentó rebajar, aunque sin éxito, el tono de su discurso después de que su homólogo asumiera la gravedad de la crisis.

"Quiero que todos los estadounidenses estén preparados para los días difíciles que se avecinan. Estamos atravesando semanas muy difíciles", advirtió la víspera Trump, con quien Bolsonaro conversó este miércoles para intercambiar informaciones.

Trump, incluso, reconoció que estudia restringir los viajes desde Brasil, como ha hecho ya con China o Europa, debido al avance del coronavirus en este país, donde ya se han registrado 201 muertos y 5.717 casos confirmados. EFE




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