Un alcalde en la zona roja del virus en Italia: "Es un jaula pero estamos tranquilos"

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 (EFE).- De un día para otro los casi 1.500 vecinos del municipio italiano de Castelgerundo han empezado a vivir "en una jaula", aislados para tratar de poner coto al coronavirus, aunque la mayoría afronta esta nueva situación con tranquilidad.


"La situación es un poco la de vivir en una jaula pero la ciudadanía está tranquila", explica a Efe el alcalde Daniele Saltarelli, por teléfono, pues nadie puede entrar o salir de la "zona roja" de varios municipios aquejados por el foco del virus.

Castelgerundo es uno de los diez municipios de Lombardía (norte) y otro en Véneto que han sido aislados para acotar el coronavirus, que ya se ha saldado con la vida de once italianos, ancianos y enfermos, y 322 contagiados, sobre todo en el norte del país.

En este pequeño pueblo agrícola, ubicado en la llanura del río Po, en su margen izquierda, se han contabilizado oficialmente cinco casos de coronavirus, y una mujer anciana tuvo que ser hospitalizada en la cercana ciudad de Lodi por su precario estado de salud.

Los técnicos del Gobierno realizan pruebas que siguen arrojando un resultado negativo entre el resto de vecinos, para su alivio, pero otros tantos aún están a la espera. Alrededor de un cuarto del total supera los 65 años de edad.

"Hay quien tiende a infravalorar el tema y quien por el contrario lo exagera", explica el alcalde.

Castelgerundo permanece bloqueado desde la noche del pasado domingo pero por el momento "la situación es tranquila", gracias en parte a que la población puede moverse por otros municipios aislados de las inmediaciones, como Castelpusterlengo, Somaglia o Codogno, la "zona roja" de Lombardía.

Sin embargo en esta "jaula" gigante a cielo abierto algo ha cambiado. El alcalde explica que, por ejemplo, sus vecinos deben tirar de la paciencia porque "hay colas para todo".

Y es que el municipio no está acostumbrado a que sus habitantes coincidan, ya que la gran mayoría se traslada a otras ciudades cada día para trabajar, como es el caso del propio alcalde, ingeniero en la capital lombarda, Milán.

Precisamente esa es una de las grandes preocupaciones que le trasladan sus vecinos, la de qué ocurrirá con sus puestos de trabajo, si el absentismo obligado por el aislamiento y la cuarentena podría hacerles perder su empleo.

Los accesos a la "zona roja", antes controlados por policías, ya están siendo supervisados por el Ejército, y así seguirán al menos durante las próximas semanas, según la estimación del alcalde, que no obstante subraya que todo puede cambiar y prolongarse.

Italia ya ha registrado 322 casos de corponavirus, 240 solo en el foco de Lombardía, en esos pueblos, y ya ha provocado la muerte de diez personas, ancianas y la mayoría con graves patologías. EFE




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