Miles de simpatizantes del partido derechista Liga se congregaron el domingo en el norte de Italia en apoyo a Matteo Salvini, quien buscará relanzarse como líder de la oposición después de un grave error político que sacó a su grupo político del gobierno.
Golpeado pero no derrotado, Salvini, un político intransigente y contrario a la inmigración, prometió que su partido volverá al gobierno con más poder que antes, y en un gesto anti europeísta advirtió en un raquítico francés, alemán e inglés que “el pueblo italiano no es sirviente nadie”.
“Nunca me rendiré”, dijo Salvini en un mitin anual de votantes de la Liga reunidos en Pontida. La ciudad en el norte del país atrae a nacionalistas porque aquí nació una alianza medieval que derrotó a un emperador extranjero. En el mitin había personas vestidas con bufandas y camisetas con lemas como “Salvini Para Siempre” o “Salvini Premier”.
“Aquellos que pensaron que estaba agotado y necesitaba un descanso, les doy mi palabra de honor, que trabajaré aún más que antes”, dijo Salvini. “No me rendiré porque nuestro país lo merece todo”.
La congregación de este año adquirió un significado adicional porque Salvini busca movilizar a su base para que su partido vuelva a ser oposición en el nuevo gobierno del Partido Demócrata 5 Estrellas. Un error de cálculo de Salvini para forzar nuevas elecciones dejó a su grupo político fuera y a él sin el puesto de ministro del Interior.
“Prefiero conceder siete puestos ministeriales a los traidores ahora, porque ganaremos con interés y transparencia en unos meses”, dijo Salvini a la multitud.
Una encuesta publicada el domingo en el diario financiero il Sole-24 Ore mostró que a pesar de los errores políticos de Salvini, la Liga sigue siendo el partido más fuerte en Italia con un 34% de apoyo, mientras que 55% tiene una opinión desfavorable del nuevo gobierno. La encuesta a 1.500 italianos en edad de votar realizada por Winpoll tuvo un margen de error de más o menos 2,3 puntos porcentuales.
Cualquier gobierno con Salvini probablemente necesitará el apoyo de otros partidos de derecha.