MinEducación reconoce por su efectividad estrategia de Unimagdalena para disminuir deserción estudiantil

Las estrategias han sido lideradas por el Rector Pablo Vera en su primer año de Gobierno, periodo 2020-2024

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Se logró disminuir la tasa de deserción estudiantil, del 4.8% en el periodo 2020-I a 3.4% en 2020-II, situación contraria a la del resto de país donde la deserción incrementó.
La Estrategia permitió aplicar un alivio económico al valor de las matricula de los estudiantes con recursos propios, además del suministro de bienes y servicios tecnológicos para la conexión de los estudiantes y la oferta de programas de bienestar universitario.

“Creo que es una oportunidad muy bonita, poder entrar de nuevo a la universidad y no perder todo el progreso que había hecho, gracias a esta nueva oportunidad, gracias a la Universidad por tener esta política de readmisión y pues, esto me parece una manera estupenda de darle una oportunidad a las personas que quieren salir adelante y creo que esto disminuye la tasa de deserción que tiene la Universidad”.



Víctor Yepes Márquez, actualmente cursa cuarto semestre del Programa de Ingeniería Ambiental y Sanitaria, es uno de los miles de estudiantes del país, que debido a la crisis económica y sanitaria que originó la pandemia en el mundo, abandonó sus estudios universitarios, pero que retornó Gracias a la ‘Estrategia Integral de Bienestar para la Permanencia en Tiempos de Pandemia’ implementada por la Universidad del Magdalena, e ideada por el Doctor Pablo Vera Salazar, en su primer año como Rector de la Universidad del Magdalena, periodo 2020-2024.

Una estrategia que le valió a esta Alma Mater un importante reconocimiento por parte del Ministerio de Educación Nacional, en la ‘Convocatoria de Buenas Prácticas’, el segundo lugar en Colombia por su destacado compromiso y aporte a la calidad de la Educación Superior del país durante la pandemia por Covid 19. Con ella se logró disminuir la tasa de deserción estudiantil, del 4.8% en el periodo 2020-I a 3.4% en 2020-II, situación contraria a la del resto de país donde la deserción incrementó.

La estrategia de esta Casa de Estudios Superiores que se puso en marcha desde el 2020, fue soportada en diferentes acciones, como la creación de un ‘Fondo Solidario 2.0’, que ha promovido donaciones del personal directivo y administrativo de la Institución, y aliados externos; el fortalecimiento del Fondo de Becas con la entrega 3.728 bonos de mercado beneficiando un total de 1.770 estudiantes; la adecuación de 13 sedes digitales Bloque 10 en las poblaciones de difícil acceso a tecnologías en el Magdalena y la entrega de 600 computadores y 500 planes de internet móvil por semestre.

Saulo Cotes Ceballos es un estudiante con discapacidad auditiva del Programa de Licenciatura en Informática, noveno semestre: “Yo volví a ingresar a la Universidad en el año 2020, segundo semestre. Tuve el apoyo de psicólogos que me fueron aconsejando, Dirección de Desarrollo Estudiantil siempre estuvo ahí apoyándome para que yo fuera mejorando y siguiera en mis estudios. Hoy yo de verdad me siento muy orgulloso y agradecido con el Doctor Pablo Vera, porque gracias a su gestión nos ha ayudado”.

También la Universidad otorgó un total de 486 becas a estudiantes con alta vulnerabilidad socioeconómica, y aplicó un alivio en el valor neto de la matrícula correspondiente al 50 % del valor para pregrado y hasta el 40 % para posgrados durante los períodos 2020-2 y 2021-1, con recursos propios. Con todo ello, se garantizó de manera efectiva la permanencia, como lo evidencia la disminución en la tasa de deserción estudiantil de la Alma Mater de 1,4 puntos porcentuales, mientras a nivel nacional se registró un aumento de 0,7 puntos porcentuales. En la actualidad, la tasa de deserción de la Institución es menos de la mitad que la deserción en el resto del país.

Con estas acciones la Universidad del Magdalena ha mostrado su compromiso solidario con su comunidad estudiantil de manera integral en sus áreas económica, académica y de bienestar físico y emocional, reconociendo que la pandemia por el COVID-19 no solo ha implicado una crisis de salud pública, sino también, una emergencia social y económica.