Una vez más decenas de personas salieron a las calles de Santa Marta a protestar contra la Reforma Tributaria del Gobierno Nacional. Sin embargo, el desarrollo de la marcha que pintaba ser pacifica se convirtió en una batalla campal protagonizada por un grupo de ‘vándalos’ que arremetieron en contra de varios establecimientos de la ciudad.
La marcha que fue convocada por el movimiento político Fuerza Ciudadana tuvo como punto de encuentro la plazoleta del Sena Comercial, en la avenida del Ferrocarril. De ahí, los protestantes emprendieron su camino para tomar la Troncal del Caribe.
Durante la manifestación, muchas personas protestaron con cánticos y carteles, pero con el pasar de los minutos los ánimos se fueron acelerando y comenzaron a atacar vehículos y locales comerciales. Ejemplo de ello fue el ataque que sufrió la sede de Coomeva, en la Avenida del Río con Ferrocarril.
A través de imágenes, se logró observar como decenas de ‘vándalos’ se abalanzaron contra la fachada de Coomeva y la atacaron con piedras y palos; incluso, ni la Policía pudo controlar la situación. De igual forma, intentaron destruir un vehículo particular que transitaba por la vía en ese momento.
Actualmente, Santa Marta atraviesa por una crisis hospitalaria debido al alto número de contagios y muertos ocasionados por covid -19, razón por la cual la Alcaldía de Santa Marta emitió un decreto en el que ordenaba confinamiento total hasta el próximo lunes 3 de mayo; sin embargo, la marcha fue promovida por el movimiento político Fuerza Ciudadana, el mismo que representa a la alcaldesa.
Cabe recordar que, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca había emitido un fallo en el que prohibía las manifestaciones en todo el territorio nacional y a su vez, exigía a los entes gubernamentales y distritales derrogar cualquier acto de protesta que coloque en riesgo la salud de los ciudadanos.
Ante este comportamiento, se exhorta a las entidades nacionales a investigar este tipo de comportamientos que afectan circunstancialmente el derecho a la vida de quienes se cuidan. Por este hecho, surge el siguiente interrogante: ¿Esta marcha tenía permiso?. 
