El presidente de la Academia de Historia del Magdalena, Álvaro Ospino Valiente, se pronunció sobre la polémica petición que circula en redes sociales, liderada por un grupo de personas quienes pretenden que sea demolido el monumento a Rodrigo de Bastidas, conquistador español y fundador de Santa Marta, que se encuentra en la Bahía. La Empresa de Desarrollo y Renovación Urbano Sostenible, Edus, también manifestó que la estatua no se derribará.
Para el arquitecto e historiador Álvaro Ospino, “la estatua de Bastidas representa el germen de nuestra ciudad, digno de simbolizar, más cuando somos Distrito Histórico, que enaltece la conmemoración en los próximos cinco años de la primera ciudad del país en cumplir su Quinto Centenario”, señaló.
Ospino agrega que “Bastidas no es un oscuro personaje de la historia, es tal vez el único caso famoso conquistador que fue agredido por su ‘debilidad’ frente a los indígenas. Creo sí que ha faltado interés en el pasado de resignificar el papel de otros de la historia de Santa Marta, nosotros estamos en el proceso de hacerlo con el Cacique de Mamatoco Antonio Núñez, actor durante la gesta independentista”, puntualizó el historiador.
La controversia de la supuesta demolición de la estatua se da en medio del inicio de las actividades preliminares de las obras de remodelación del Camellón Rodrigo de Bastidas en la Bahía, un proyecto de la Alcaldía Distrital a través de la Edus. Si bien es cierto que hay un pequeño grupo de ciudadanos que intentan hacer una campaña y recoger firmas para que el monumento sea derribado, la empresa aseguró que la recuperación del malecón no contempla la demolición de la estatua del fundador de la ciudad.
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El presidente de la Academia de Historia del Magdalena asegura que, “desconocer que la historia de la ciudad de Santa Marta comienza con Bastidas, es una terquedad difícil de borrar, tan difícil como querer cambiar su nombre, como querer derribar la Catedral porque el catolicismo fue el instrumento del sometimiento español”.
Álvaro Ospino agrega que “deberíamos entonces, quitar el nombre de la condecoración que otorga cada año el Concejo Distrital a personalidades destacadas de la ciudad. Deberíamos cambiar el nombre a la cárcel, a la avenida del Fundador y a dos colegios que llevan su nombre. También deberíamos olvidarnos de la celebración de los 500 años de su fundación porque para qué recordar esa nefasta fecha. De continuar con esto, nos tocará rajarnos las venas y drenar la sangre española para borrar cualquier vestigio hispano. Esas posiciones están revaluadas, nuestra Constitución Política es muy clara cuando reafirma que en nuestra pluriculturalidad y diversidad está el fundamento de nuestra identidad nacional”.
Ospino Valiente dice que, la petición de demoler la estatua, “es una vieja tendencia anti-hispana y racista de arrasar con la presencia de personajes de la historia, que, aunque los eliminemos difícilmente desparecerán. Resurgió como consecuencia de la infame muerte de George Floyd bajo la rodilla de Derek Chauvin, policía de Minneapolis (Minnesota, Estados Unidos); que derivó en violentas protestas del movimiento Black Lives Matters (las vidas negras importan), manifestaciones contra el racismo replicadas en lejanos rincones del mundo”.