La situación se repite en forma constante durante el año. Los programas de recolección y socialización no han surtido efecto.
Las tranquilas y limpias aguas del mar Caribe a la altura de la playa Los Cocos, se han visto nuevamente contaminadas por el río Manzanares, que en su trayectoria, recoge basuras y desechos que terminan allí.
Los 18 kms de la cuenca baja del rio están cercados por viviendas cuyos habitantes, sin ningún pudor arrojan al rio toda clase de basuras y desechos; adicionalmente muchas de estas viviendas no están conectadas al acueducto distrital y sus aguas servidas van también al afluente.
Nótese el color oscuro en la orilla del mar.
Acaba de llover en la ciudad y el rio superó la barrera de arena natural que la corriente marina arroja cerrando la desembocadura. Las aguas corren con fuerzas hacia el mar llevando consigo la basura y aguas negras de 18 kms de recorrido y un fuerte olor fétido, invade el ambiente a su paso.
No vale limpieza y recolección de desechos; se han hecho cientos de estas actividades. No vale socialización y educación en el tema. La cuestión es más allá. La gente parece no entender que este grado de contaminación afecta la vida marina y que muchas especies mueren víctimas de este flagelo.
Lo hemos dicho en múltiples ocasiones. La solución es despejar la ronda hídrica y alejar de ella al ser humano, principal depredador del medio ambiente.
Los dineros invertidos hasta hoy, se han perdido. La solución debe ser de fondo e incluye un ambicioso programa de recuperación del Manzanares que contemple la desocupación de la ronda hídrica, reubicación de estas viviendas en proyectos sociales y reforestación.
No hay otra solución.
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